A PLENO PULMÓN
Habladurías políticas

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Los hombres hablan y hablan, en lo que la vida pasa; claro está que también trabajan, se enamoran.  Pero el hombre es un animal parlante.  En las tabernas se habla mucho más de lo que se bebe.  Hablar de política es un vicio antiguo; tal vez proceda de nuestra Madre Patria, España; aunque, sin duda, hemos añadido algunos elementos a esa herencia hispánica: los ingredientes afroantillanos, retozones e irresponsables, que le han dado nuevo sabor al arte de hablar sin objetivos definidos. ¿Es obligatorio vivir para siempre en medio del desorden?  ¿Estamos condenados al perverso ciclo político del eterno retorno?

Un “hablador” de política, habitual en una concurrida barra de la ciudad, me dijo: aquí lo que tenemos es un “habladero”; comienzan aquí muchas “habladurías” maliciosas acerca de los dirigentes políticos; se sabe enseguida cuando realizan negocios turbios o escamotean fondos de los partidos.  Es “un servicio público”, pues estos asuntos casi nunca aparecen en los periódicos. Con tono profesoral, añadió: ¿Tiene sentido preocuparnos por nuestro pequeño país, si todo está revuelto en el mundo? ¡Países más ricos y con más educación están hoy cabeza abajo!

 “Hablistas” llaman en Colombia a los estudiosos del lenguaje que trabajan en el Instituto Caro y Cuervo, me atreví a contestar.  –Eso es otra cosa; son unos tipos que coleccionan palabras, que bregan con definiciones; nosotros trabajamos con dichos enteros, no con palabras sueltas.  No todas las personas que vienen a esta barra hacen lo mismo: hay “jabladores”, con jota, que cuentan embustes; también “oidores”, que son espías del gobierno; y sujetos que echan a correr “habladurías” políticas para “confundir al enemigo”.  A mí lo que me interesa es hablar en serio.

 -¿Quién será candidato presidencial por el PLD? ¿Lo será Vargas Maldonado, presentado por el PRD, apoyado bajo cuerda por el gobierno? ¿Jaime David Fernández, ex vicepresidente? ¿Danilo Medina, frustrado candidato, anteriormente derrotado? ¿El propio Leonel Fernández, después que un plebiscito le permita postular legalmente?   ¿La primera dama, Margarita Cedeño de Fernández?  Ella realiza un trabajo de promoción social de grandes proporciones, tiene apoyo político y económico; para los peledeístas significaría la continuación por “vía rápida”.  Sólo habría que suministrar piedras al PRD con qué romperse las cabezas.

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