A PLENO PULMÓN
Héroes tecnológicos

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La “figura típica” del héroe cambia de aspecto en el curso de los siglos.  El carácter y las habilidades de los héroes deben “encajar” en las necesidades sociales de cada época. Pero hay ciertas “virtudes” constitutivas que perduran a lo largo de las edades.  Entre las notas perdurables está la de aceptar la adversidad y afrontar los obstáculos que se oponen a nuestros más caros proyectos.  El héroe homérico Odiseo era capaz de hacer pasar una flecha a través de varios aros colocados en  línea.  Su poder de persuasión y su astucia son leyendas de la antigüedad.  Odiseo pronunciaba “aladas palabras” y era “fecundo en ardides”.  Él concibió la estratagema del caballo de madera que decidió la Guerra de Troya.

 En la Edad Media el mundo de los héroes se amplió al campo religioso de la santidad.  Guerreros, sabios y santos, conservan aún gran parte del viejo prestigio; a la sabiduría de los filósofos se ha superpuesto el saber de los científicos; y el ejercicio de la piedad religiosa ha sido “conectado” al servicio social.  En las nuevas sociedades industriales surgió “el hombre de empresa”, héroe económico emprendedor que produce riqueza, crea empleos, renueva los métodos de producción conocidos. 

 En este sistema de estimaciones colectivas operan hoy algunos “empresarios especiales”, como Steve Jobs y Bill Gates.  Los domadores de la fortuna siempre inspiraron  respeto; y a los creadores de nuevas técnicas se les concede una suerte de “up-grade”.  Por “exigencias” de mi hija Carolina, escuché la grabación de un discurso de Steve Jobs durante una graduación en la Universidad de Stanford.  Jobs cuenta a los estudiantes por qué nunca pudo graduarse; explica que fue un niño “entregado en adopción”.  Los padres adoptivos estuvieron a punto de no aceptarlo. Sufrió privaciones y rechazos desde la infancia. 

 La segunda historia es que el magnate informático fue despedido en 1985 de la empresa Apple, que él había fundado.  Volvió a ella doce años después.  En 2004 le diagnosticaron cáncer de páncreas; en 2009 se le hizo un trasplante de hígado.  Durísima niñez, altibajos económicos, mala salud, no interrumpieron su creatividad.  Resistió frente a adversidades tremendas.  Steve Jobs “califica” como héroe antiguo, medieval y contemporáneo.    Merece sobradamente su éxito.

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