Hoy 
Hilícito de Jagua Gorda es un filósofo rural. Imparte sus lecciones a la sombra de un árbol de jagua, a la manera de Buda. Al observar atentamente las fibras de las pencas de coco se inclinó a la reflexión. Parece que estas fibras de la naturaleza le llevaron a buscar el hilo de la historia. Hilícito viaja a menudo al vecino poblado de Loma Firme, acompañado por discípulos de Jagua Gorda. Tiene hoy seguidores en ambas comunidades. No usan pupitres; se sientan sobre yaguas y montones de hojas secas de palmas. Desde el suelo, Hilícito mira crecer las frutas de la jagua y explica sus doctrinas.
Las investigaciones de Hilícito abarcan tres asuntos principales: el transcurso del tiempo es uno de ellos. Las jaguas pequeñas que contempla en su aula campestre le parecen teticas incipientes de jovencitas adolescentes; las jaguas grandes y arrugadas las relaciona con las mamas de las ancianas. El tiempo de las vidas parece estar inscrito en las frutas del árbol, con cuyo zumo pueden hacerse duraderos tatuajes; dice que la jagua, disuelta en agua y bebida al amanecer, tiene la propiedad de prolongar la vida del hombre; la duración es la expresión que se utiliza actualmente en Jagua Gorda para denominar el tiempo.
Pero las doctrinas más originales de Hilícito son: la alrevesación y la nonesación de la historia. Sostiene que en los años nones ocurren en Santo Domingo sucesos aciagos. Por ejemplo: el Presidente Heureaux fue asesinado en 1899 y el Presidente Cáceres en 1911; las dos fechas son nones. Lo mismo pasa con el año 1961, cuando mataron a Trujillo; en 1861, la anexión a España; en 1965, la invasión norteamericana. No hay nada peor que los años nones.
La alrevesación consiste en que los gobiernos dominicanos tienden a hacer las cosas al revés; al revés de lo que conviene, al revés de lo oportuno; a revés de lo correcto, sensato, productivo, lógico. Considera que la Constitución nueva es un trúcamelo de 201 cuadros. En algunos números hay que caer con las piernas abiertas; en otros, es obligatorio mantenerse parado en un sólo pie. Según Hilícito de Jagua Gorda, la Carta Magna será promulgada en un año peligroso: 2009.
