A PLENO PULMÓN
Humanidad incomunicada

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Humanidad incomunicada

Acaban de conceder el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades a dos sociólogos: Alain Touraine y Zygmunt Bauman. El primero ha visitado la RD varias veces; es más conocido entre nosotros que Zigmunt Bauman, nacido en Polonia en 1925, ciudadano británico, ex   profesor de filosofía y sociología en Varsovia. Este viejito de aspecto cansado, mechones de pelo blanco y casi calvo, ha provocado gran revuelo con sus libros: “Tiempos líquidos”, “Vidas desperdiciadas”, “La sociedad sitiada”. Los grandes temas de Bauman son: las consecuencias humanas de la globalización; las contradicciones entre la política y el poder.

Bauman huyó de Polonia por causa de los nazis; residió en la Unión Soviética y, en su país, militó en el Partido Comunista. Emigró otra vez debido al agresivo antisemitismo  del gobierno comunista. Los profesores de origen judío sufrieron  “purgas” a finales de los años ’60. Las peripecias de su vida empujaron a Bauman a formular atrevidas ideas: la “modernidad” en la que vivieron nuestros abuelos se tenía por institucionalmente “sólida”. Ahora sobrenadamos en una situación informe, cambiante, inestable, que él llama “modernidad líquida”. La dislocación es la regla; cambian de lugar todas las cosas; costumbres, ideas e instituciones, son frágiles, transitorias, fluyentes, esto es, “líquidas”.

 Para adaptarnos a cada nueva situación debemos aprender a “no tener compromisos”, ni lealtades de ninguna clase. Una sociedad “líquida” exige convicciones “liquidas”. Compromisos éticos, ideológicos, laborales, sentimentales, no son posibles en nuestros días. El amor al prójimo y la compasión han desaparecido. También es preciso aprender a olvidar o  desmemorizar. Por eso el novelista cubano Eliseo Alberto escribió: “los recuerdos no son más que momentos que hemos olvidado olvidar, por puro olvido”. La memoria colectiva es una carga difícil de llevar. Tzvetan Todorov, pensador búlgaro, nos habla de los excesos de la memoria. Todorov es ciudadano francés; Alberto, adoptó la ciudadanía mexicana.

Memoria y olvido son dos polos del ser humano. Olvidar el pasado es requisito para el éxito en la sociedad liquida.  Liquidez, en sentido financiero, significa disponibilidad inmediata de recursos. Vivimos, según Bauman, en la época del “consumo rapaz”. Si ningún hombre es confiable, no podemos esperar “lazos solidarios”. El antiguo espíritu del hombre ha sido “liquidado” completamente.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas