A PLENO PULMÓN
La puerta diplomática

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La isla de Santo Domingo tiene una posición central en el archipiélago antillano, lo cual podría ser una bendición desde el punto de vista de la navegación comercial o del turismo; pero esta situación geográfica ha sido una continua desgracia para la política internacional.  Grandes naciones europeas: España, Francia, Inglaterra, han mostrado interés en controlar la isla en algún momento de la historia.  Los tratados de Ryswick (1697), Aranjuez (1777), Basilea (1795), son “arreglos” entre potencias de aquellas épocas en conexión con la isla que habitamos.  Si esta isla es francesa y española al mismo tiempo, se debe a esas peripecias de la política internacional.

 Durante la Primera Guerra Mundial, (1914-1918), tropas de Estados Unidos ocuparon Haití y la República Dominicana.  Haití estuvo ocupada desde 1915 hasta 1934; la RD, desde 1916 hasta 1924.  Los pueblos que hoy comparten la isla son “resultados” sociales, étnicos, políticos, culturales, económicos, de las fluctuaciones de la política internacional.  De sus yerros y aciertos, prejuicios, abusos, previsiones y virtudes.  La extinción de los tainos, la división territorial, la mezcla de razas, son “productos” de la política internacional.  ¿Cómo podemos suponer que ese contexto ha dejado de operar?  Para sobrevivir como entidad nacional, los dominicanos están obligados a practicar la “diplomacia preventiva”.  Ahora más que nunca.

La desocupación de RD en 1924 no fue, ni “pura”, ni “simple”.  Trujillo es consecuencia directa de la ocupación norteamericana  de 1916. Él llegó a mandar la policía que los interventores dejaron al desocupar, después de haber desarmado toda la población y aplastado a los caudillos locales.  Estas “tonterías” deben ser recordadas con motivo de la migración haitiana hacia nuestro territorio, simplemente, porque son olvidadas por la mayor parte de nuestro políticos.

Pelegrín Castillo escribió acerca del terremoto que asoló Haití en el  2010 estas palabras: “He sostenido que ese día no sólo colapsaron los edificios de Puerto Príncipe causando […]miles de víctimas, sino que se deshizo la conspiración de silencio que por años encubrió al mundo lo que realmente sucedía en Haití.  Las bases del Estado nacional haitiano estaban deshechas mucho antes del 12 de enero de 2010, y ese dato geopolítico se ocultaba o minimizaba”.  La puerta diplomática quedó abierta desde entonces.

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