El vicealmirante Sigfrido Pared Pérez ha dicho: “el año 2010 ha sido el año más difícil de toda la  historia de la República Dominicana en cuestiones migratorias”. Esta declaración no debería sorprendernos. El terremoto del año pasado produjo 220,000 víctimas y millón y medio de damnificados. La raquítica economía haitiana descendió aun más abajo; la precaria organización gubernamental de ese país quedó totalmente desarticulada. Los dominicanos se apresuraron a socorrer los haitianos en múltiples formas, como es de sobra sabido. Las autoridades dominicanas conocen bien dicha situación por haberla vivido durante las labores de rescate y asistencia.

El director general de Migración informó que, a los pocos días del sismo, su departamento “facilitó formularios para que todo ilegal haitiano que estuviese en el país pudiese ir a su nación, saber de sus familiares y amigos y poder retornar con el mismo, sin ningún tipo de limitaciones”. Pared Pérez añadió: “ninguna nación del mundo dio antes esta concesión”. Explicó que después de la tragedia de Haití, “el 12 de enero del pasado año, la RD abrió su frontera totalmente para recibir a todos los heridos y afectados por el sismo”. Se atendieron unas 20,000 personas. Estima que en virtud de esta “política de solidaridad… hubo flexibilidad con respecto a los ilegales haitianos”.

Nadie objetó esta política de “emergencia humanitaria”, ni entonces, ni ahora. Los funcionarios del gobierno, y el pueblo dominicano en general, la aprobaron sin reservas. Como resultado de esa “flexibilidad”, Pared Pérez cree que hubo un incremento de 200 mil haitianos ilegales. A juicio del director de Migración, en nuestro país reside un millón de haitianos indocumentados, esto es, el 10% de la población dominicana. Los haitianos residentes legales son 9,341; de esta cifra, 4,959 son residentes permanentes y 4,382 gozan de residencia provisional. Sería útil saber cuántos ilegales llenaron el formulario especial de “ida y vuelta”.

Debemos aplaudir la sobriedad y precisión del vice-almirante al ofrecer a la prensa estos datos. Los trabajadores haitianos temporeros son 19,751; sus contratos tienes seis meses de duración. Está claro que residentes permanentes, provisionales y temporeros, representan una porción ínfima con respecto al total de indocumentados. ¡Cuánta falta hace el reglamento de la ley 258-2004 de migración!