A PLENO PULMÓN
Levantarse  temprano

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Levantarse  temprano

Ya no está de moda levantarse temprano; entre ciertos grupos sociales se considera un hábito campesino, una costumbre de gente pobre que debe “ir corriendo” a trabajar.  Los que madrugan en esta época suelen ser personas de mal dormir; antes que permanecer en la cama prefieren escuchar noticias por la radio o leer periódicos.  Sin embargo, sigue siendo hermoso el espectáculo gratuito del amanecer.  Da gusto percibir cómo despierta la naturaleza, oír cómo los ruidos de los pájaros van invadiendo el silencio.  La actividad humana renace cada día en las madrugadas.  El día y la noche nos advierten que la vida tiene carácter cíclico.

Antes de que despierten las ambiciones y se desate la competencia por sobrevivir, unas horas antes de que la maldad salga a las calles, es posible reflexionar sobre los muchos problemas que intranquilizan al hombre de hoy. ¿Podrá mejorar la economía mundial? ¿Lograrán los europeos recomponer la moneda común? España, Grecia, Portugal, Italia, saldrán de sus apuros financieros? ¿Habrá empleos para los dominicanos que regresan de España y de los Estados Unidos?  El director del Sistema de la Reserva Federal de los EUA, Ben Bernanke, afirma que la recuperación económica avanza muy lentamente.  Joseph Stiglitz nos dice que las grandes naciones exportadoras no podrán mantener saldos favorables en sus balanzas de pagos.

La economía China, según parece, no crecerá con el mismo ritmo que antes; y los lideres de ese enorme país desean establecer bancos en los EUA.  Ante un panorama tan complicado muchos expertos no saben qué remedios recomendar.  ¿Dónde invertir? ¿En qué moneda conservar los ahorros? Ningún país es actualmente un paraíso.   En ninguno hay empleo seguro, ni cobertura de salubridad completa. 

 Antes de que los bocinazos  destruyan el sosiego mañanero, quizás  nos asalte alguna idea que permita orientarnos en “la gran maraña de la incertidumbre”.  Pensando nosotros mismos, oyendo a los demás, comparando pareceres opuestos, podemos, por lo menos, ordenar la madeja.  Lo cual sería un paso adelante.  No existen países seguros, ni inversiones seguras.  Todo es una tembladera económica, social, política.  Dos cosas parecen seguras: las dictaduras políticas pueden volver; son “la seguridad” de los grandes países; tendremos que trabajar duro y poner despertador para levantarnos temprano.

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