A PLENO PULMÓN
Liderazgos conjuntos

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Sabemos bien que nuestra sociedad está anegada de problemas. Escasez de empleos, deficiencias en la producción de energía eléctrica, inseguridad ciudadana, son algunos de ellos. Además, existe un generalizado descontento frente a la actividad de los partidos políticos. Muchos dirigentes de las principales organizaciones políticas carecen del suficiente crédito público para ser oídos y atendidos. 

La población no tiene fe en personas que desde la radio, la prensa escrita, la TV, hacen los gestos habitualmente reservados a verdaderos líderes.  Los líderes políticos, necesariamente, han de ser pocos en cualquier sociedad.  Junto a ellos, o al mismo tiempo que ellos, actúan los líderes académicos, empresariales, sindicales.

Ese liderazgo compartido, con rangos diversos, ayuda a la conducción de multitudes por medios democráticos. Para la educación de los niños son esenciales padres y maestros. Los liderazgos abarcan los más variados matices: sujetos que “dan la pauta” en el orden deportivo; hombres y mujeres que son “árbitros de la elegancia”; profesionales que son modelos de capacidad en sus respectivas especialidades; individuos cuyo éxito empresarial les granjea la admiración general; religiosos respetados por su conducta moral y su trabajo pastoral. Con la colaboración de esos “liderazgos menores”, los pueblos consiguen superar grandes problemas.  Sin excluir, en ningún caso, los liderazgos políticos mayores.

A pesar de la complejidad de los muchos problemas de la sociedad dominicana, creemos que todos pueden ser superados, reencauzados, mejorados o eliminados, mediante la acción imbricada de ese liderazgo conjunto. Para poner dos ejemplos, de primera clase por su importancia y complejidad, mencionaré: la conservación y aprovechamiento de los recursos naturales; y el incremento de inmigrantes haitianos indocumentados. En el primer caso, hemos logrado que crezcan nuestras áreas boscosas, que se preserven zonas especiales como Los Haitises.  Se ha creado conciencia colectiva sobre la necesidad de conservar la naturaleza.

En Santiago de los Caballeros las juntas de vecinos encabezaron la resistencia contra emigrantes haitianos poco después de surgir la epidemia del cólera.  La presión social del “liderazgo menor” hizo su efecto.  Ahora hemos visto que los empresarios cibaeños que movilizan el desarrollo económico en la región han potenciado la acción de las juntas de vecinos. Los “líderes de comunicación” harían buen servicio público uniéndose sinérgicamente al “pool”.

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