A PLENO PULMÓN
Literatura fronteriza 3

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Literatura fronteriza 3

La historia de la paloma y la tortuga concluye de este modo: “Doña Tortuga, te llevaré conmigo hacia el pueblo del Norte. Esto es lo que vamos a hacer.  Yo llevo en mi boca el extremo de una rama del árbol de la caoba y usted se aferra fuertemente al otro extremo.  Pero no debe decir una palabra durante el largo viaje.  No importa lo que pase, no diga nada, no deje de aferrarse a la rama o se caerá al agua”.  Los animales, reunidos a la orilla del océano, decían: -“miren allá arriba, se va la tortuga”.  “Doña Tortuga vuela y va para Nueva York”.

 “Doña Tortuga estaba tan contenta con el viaje, que olvidó el consejo de Doña Paloma.  Quiso demostrar que estaba preparada para vivir en el Norte y se dispuso a decir las palabras en inglés que había aprendido para el viaje”.  -“Bye Bye Friends, dijo la tortuga y al abrir la boca, soltó la rama de la que estaba agarrada y cayó al mar”.  “Por eso, querido Christopher, hay muchas palomas en los parques de Nueva York, pero las tortugas todavía se encuentran en Hait텔 terminó de contar el abuelo. 

 César Sánchez Beras se vale del “Diario” de Claude Morisseau para dar al lector aquello que no puede ofrecer el niño, ni el anciano. -“¿Ese es el diario de mi papá?” – ”Sí, muchacho, dice el viejo.  Voy a dejar que leas algunas páginas”. El niño, que ya había aprendido a leer, se enteró de que Mercedes había regalado a su padre una “libreta con renglones marcados”… “quiere que yo escriba las cosas que le cuento cuando estamos juntos”… “a veces bromea diciendo que si como yo hablo escribiera, Haití tuviera un poeta más y un obrero menos”.

 La parte más hermosa de esta obra es el capítulo 6, titulado “El bosque de las palabras”.  El niño no puede comprender el significado de muchas palabras que encuentra en el diario: ansiedad, xenofobia, rebelión, oprobio, deforestación, inefable.  Las anota en una larga lista para preguntar a su maestra qué quieren decir.  La última es “oligarquía”. Christopher pide prestado el Pequeño Larousse a la profesora Edith, la de tacones y caderas que marchaban con ritmo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas