A PLENO PULMÓN
Lo que nunca se hizo

A PLENO PULMÓN<BR>Lo que nunca se hizo

La campaña política del licenciado Danilo Medina arrancó con un “slogan” triple: “corregir lo que está mal, continuar lo que está bien, hacer lo que nunca se hizo”.  Desde el primer momento se vio claro que el candidato peledeísta tomaría en cuenta los “antecedentes” de su propio partido.  Tres gobiernos peledeístas ha encabezado el Presidente Leonel Fernández.  Es obvio que Danilo Medina no “inaugura” la actividad política, administrativa, institucional, en el Partido de la Liberación Dominicana.  Antes de él lanzarse a la lucha por la nominación presidencial había sido Secretario de Estado; el PLD está en el poder; ha construido obras públicas: el Metro, los elevados; también ha prohijado leyes, reformas constitucionales.

Danilo Medina “no estrena” el universo  como Dios, según relata la Biblia en el libro del Génesis; no entra virgen a la lucha electoral; ha de asumir los aciertos y los yerros de su partido, el partido dentro del cual ha obtenido su postulación a la presidencia de la República.  Se supone que él debe ser, al mismo tiempo, continuidad, enmienda y cambio.  Carga con las desventajas del “desgaste” político del gobierno en ejercicio.  También beneficia del apoyo de funcionarios públicos, de recursos inherentes al poder político.  Es candidato “oficialista”.

 Continuar lo que está bien… “se cae de la mata”, como expresa la frase popular: corregir lo que está mal parece una medida justa y deseable.  ¿Por qué habría que conservar “lo que está mal”?  Si Danilo Medina no gobierna, no es correcto atribuirle las cosas “que están mal”.  Quizás sería mejor que tuviese la posibilidad de ganar el mérito de corregirlas.  Las dos primeras piezas del “slogan” han dado pocos problemas.

 Algunos políticos maliciosos reclaman insistentemente: “que diga todo lo que está mal”.  Tienen la esperanza de que Medina “trabaje a favor de los contrincantes”.  Otros políticos, igualmente maliciosos, se preguntan: ¿Qué es lo que nunca se ha hecho?  Con el último estribillo Medina reserva para sí un ámbito de acción propio, que desplegaría si llega a ser jefe del Estado.  Apartándonos un momento de zancadillas y retorcimientos propios de la politiquería, digamos que hay asuntos que nunca se han hecho… desde el nacimiento de la República.  Ojalá se hagan algún día.

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