La clase media mantiene económicamente el sistema eléctrico dominicano. Esta afirmación rotunda contiene una considerable dosis de verdad. La clase media también es columna vertebral del sistema impositivo: conforma el lomo de la tributación. Carga, pues, con los pesos sumados de la energía eléctrica y de los impuestos. Podemos decir que la clase media es un grupo social que socorre a los limosneros, compra en las tiendas de los ricos y luego cada cuatro años-, aplaude a los políticos y legítima sus gobiernos. Los miembros de esta clase asumen por lo general dos posiciones clásicas: o son críticos permanentes del gobierno o son parásitos fijos del erario.
Las clases menesterosas necesitadas, si se prefiere un término popular- constituyen el grueso de la población. De su seno brotan hombres de negocios, profesionales de todas las ramas del conocimiento, empleados públicos y privados. Se dice que los pobres viven lo comido por lo servido; y que los ricos comen, vuelven a comer y guardan para comer otra vez. Los políticos, atravesados entre ambos grupos, engañan a unos y otros, alternativamente. Un sociólogo festivo y zumbón escribió: la política es el arte de sacar dinero a los ricos, con la finalidad de financiar campañas para engatusar a los pobres.
Pero las realidades sociales son más complejas. Nadie tiene que ser pobre para siempre; existen pobres animosos, diligentes, que dejan de ser pobres después de dolorosos y prolongados esfuerzos. Hay ricos que se empobrecen; unos con lentitud, otros repentinamente. Tampoco hay garantías para ser rico para siempre. Muchos magnates se arruinan, en el comercio, en la industria, en la banca. Las sociedades de hoy experimentan un continuo sube y baja, no siempre perceptible; se asciende y se desciende, todos los días, sin pausa, ni ruido. Las cosas comienzan a ser visibles cuando un sujeto poco conocido compra una mansión; o al revés, cuando a un conocido le embargan los bienes.
Gentes entendidas en cuestiones sociales, estadígrafos, econometristas, deberían averiguar, conjuntamente, dos variables misteriosas: velocidad de crecimiento de la clase media; y tasa de encogimiento de la misma clase. Ese sería un modo de saber si engorda o enflaquece el lomo sobre el que descansan los impuestos y la electricidad. (junio/28/2010).