A PLENO PULMÓN
Los cielos escondidos

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Los cielos escondidos

El Papa Juan Pablo II dijo hace 10 años que el cielo y el infierno no eran “lugares físicos” sino “estados del ánimo”.  Con sus declaraciones el Papa polaco abrió la puerta a un debate teológico que no ha amainado todavía.  El Papa que sucedió a Juan Pablo II, el teólogo y políglota alemán Ratzinger, afirmó en 2007 que “el infierno existe y es eterno”.  El diario español “El País” recordó ayer que Benedicto XVI creó entonces una comisión para “dictaminar” sobre el purgatorio y otra para “cambiar la doctrina sobre el limbo”.

El Papa Benedicto XVI declaró el pasado miércoles que “el purgatorio no es un elemento de las entrañas de la tierra, no es un fuego exterior, sino un fuego interno […] que purifica las almas en el camino de la […]  unión con Dios”.  La Divina comedia” del Dante comienza con el infierno, sigue con el purgatorio y culmina con el Paraíso.  Los vocablos que contiene esta obra son el origen de la actual lengua italiana; y también de ella procede nuestra idea del infierno como una solfatara volcánica.  Hoy se habla mucho más de purgatorios y de paraísos que de infiernos.

Ureña Rib, por ejemplo, tiene “Otra versión del Paraíso”; nos explica su opinión acerca del purgatorio y del limbo; pero hace poquísimas referencias al infierno.  Hay un pasaje, durante las “Visitas al Paraíso”, donde dice que los desgraciados que salen del casino del Paraíso teniendo pérdidas cuantiosas, cruzan un “puente colgante de peldaños que atraviesa el Éufrates.  Sólo es preciso accionar un pequeño dispositivo para caer directamente en las profundidades del infierno”.   Dante fue un poeta; se hace acompañar de otro poeta: Virgilio, durante sus excursiones al infierno y al purgatorio.

Es paradójico que pintores-poetas sensuales, como William Blake, se hayan preocupado por “el cielo y el infierno”.  Un pintor trabaja, primariamente, con líneas, colores, texturas, con la luz que baña los objetos.  Son hombres que ejercitan los sentidos.  Así, Ureña Rib.  Poetas y pintores, a lo largo de la historia, mantienen vivos estos temas.  Mieses Burgos escribió: “Este tacto solícito que abruma./ Este vivir más hondo en los sentidos/ va descubriendo cielos escondidos,/ nuevos mares ocultos en la espuma”.

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