A PLENO PULMÓN
Manos en la cabeza

A PLENO PULMÓN<BR>Manos en la cabeza

Llegará el día en que un grupo de dominicanos, valientes y obstinados, se organizarán para “plantarse en el camino” y decir públicamente: estamos dispuestos a transformar este país con puros actos de voluntad, disciplina y amor al trabajo bien hecho.  Supongamos que alguna vez veamos reunidos en un salón: tres obispos, tres generales en retiro, tres académicos en pleno ejercicio, tres empresarios con recursos económicos y experiencia gerencial, tres sindicalistas con tanto atrevimiento como lealtad a su clase social: y que, todos a una, se pregunten: ¿Qué podemos hacer para vivir mejor en la República Dominicana?  ¿Cuáles tareas debemos emprender para fomentar el liderazgo en todos los grupos sociales dominicanos?

Semejante Consejo Educativo, Económico y Social sería calificado inmediatamente como un “engendro utópico”.  Tal vez utópico y “ucrónico”, pues no tendría cabida o lugar en la tierra, ni tiempo en la historia de nuestra sociedad.  Sin embargo, entre ciertas personas se da por sentado que existe la posibilidad de implantar una dictadura: un régimen que “nos meta en cintura”.  La misma expresión proferida por el coronel Tejero en España, cuando intentó interrumpir el tránsito del franquismo despótico hacia la democracia política, el crecimiento económico, las libertades públicas.  Periodistas, publicistas, escritores, hacen lo suyo cuada vez que las sociedades dan un paso adelante.  John Milton, Camilo Desmoulins, son egregios ejemplos: en las islas británicas y en el viejo continente.

La atmósfera monetaria internacional no parece “estable” en estos momentos; los problemas del euro y el dólar preocupan, por muchas razones, a economistas de grandes naciones.  El famoso financista George Soros, quien ganó una partida memorable al Banco de Inglaterra y atesora enorme fortuna, ha dicho en Davos que no sabe hoy cómo invertir su dinero, que ha vendido parte de su oro; que la crisis económica general podría agravarse.

 Si Soros está perplejo, muchos de nosotros tendremos que “ponernos las manos en la cabeza”.  Preocupación por la economía es también preocupación política, social.  Es lícito y pertinente hacer en pequeño lo que otros hacen en grande.  No digo que la reunión deba convocarse, estrictamente, “de tres en tres”, como “La Trinitaria”; no existen números mágicos en estas loterías.  Pero cuando los grandes gritan, los pequeños aúllan.

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