A PLENO PULMÓN
Mi abuela otra vez

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Mi abuela otra vez

¡Ese hombre no tiene abuela!  Esta expresión se usa en nuestro país para ridiculizar personas pagadas de si, a individuos que pretenden ser el centro del mundo.  Todas las abuelas ensalzan sus nietos “-¡Qué niño tan inteligente! ¡cuando crezca, qué buenmozo será!”  Quien no ha tenido los halagos de una abuela, tiende a echarse incienso con sus propias manos.  Los piropos excesivos de los abuelos contribuyen a moderar la vanidad del nieto adulto.  Y tener nietos  ayuda a comprender a los abuelos muertos.

 En La Vega conocí algunos entretenimientos populares inexistentes en la capital.  “Palo ensebao”, “pollo enterrao”, juego de anillos y cintas.  Aprendí también la importancia que tiene en la vida la previsión de las emergencias.  Lo supe por boca de “niños desamparados”. Pescaban camarones en el río Camú; unas veces removiendo el limo de la ribera mientras hundían un saco de yute en el lecho.  Al sacar el saco cogido por cuatro puntas,  dos o tres camarones quedaban, escurridos ya agua y lodo.

 Otras veces pescaban con una figa atada a un arco.  Las figas se construían con  varillas de armaduras de paraguas.  En esos tiempos existían “paragüeros”, artesanos que reparaban sombrillas.  Las varillas partidas –si no tenían dañado “el ojo”- servían para la pesca.  Por el orificio de coser la tela del paraguas ellos pasaban el cáñamo del arco.  Los camarones los asaban o hervían sobre un fuego encendido en el centro de tres piedras redondeadas por la corriente.  Carbón vegetal, “charamicos”, latas de conservas desechadas, un trozo de tela metálica, era cuanto necesitaban.

Un día un joven muy pálido al que llamaban Calandria, me dijo estas palabras: “Capitaleño, tu nunca has atrapado cangrejos”. – No, nunca; me da trabajo distinguir una jaiba de un cangrejo. –Oye, tu metes la mano en la cueva; la entras lentamente para que el cangrejo no te ataque y se retire al fondo de la cueva; si sientes que la cueva está vacía, eso es que el cangrejo se ha escondido en el respondedero.  – ¿Qué es un respondedero? –Es una cueva lateral donde el cangrejo se oculta cuando cree que está en peligro. Es un refugio de emergencia.  No he olvidado aún al débil y enfermizo Calandria.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas