A PLENO PULMÓN
Morir en la mecedora

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Morir en la mecedora

–Oiga, señorita: ese pendejo de la ayudantía fiscal pasa el día retocando su informe sobre un viejo inútil que murió en una mecedora; y los expedientes importantes del gobierno no avanzan; quiero decir del gobierno y de la sociedad; la fiscalía no puede seguir así.  ¡Dígale que trabaje rápido en los casos que le encargo personalmente!  Si continuamos perdiendo tiempo de esa manera, dirán que los tribunales no funcionan; y a mi me echarán de este cargo.  El fiscal había abierto la puerta inesperadamente y sorprendido a la secretaria mirándose los ojos en un espejo de mano.  Dio la espalda cerrando con violencia.

 La joven abrió de nuevo la puerta y metió la cabeza en el despacho del fiscal.  –¿Magistrado, cómo se llama el ayudante que usted menciona?  –Es el que firma “jotagege”.  –¿Jotagege?  –Sí, ese es el hombre.  –Entonces debe ser el licenciado Juan Galeoto García.  –Llámelo; dígale que estoy impaciente; necesito adelantar; hay demasiados asuntos pendientes.  No aguanto más.  –La muchacha cerró, ocupó de nuevo su escritorio y volvió a sacar el espejo portátil; poco después levantó el teléfono y dijo: “te llamaré más tarde Malena; aquí la cosa está caliente”.  Entonces se esmeró en ordenar sus papeles, colocándolos en pequeñas pilas.

 El teléfono timbró estridente; la secretaria se paró del asiento, puso las manos sobre el aparato y lo dejó sonar tres veces antes de levantarlo.  –Aló, dígame.  –Señorita, me informan que en el primer piso hay una señora gorda que desea verme.  Es en relación al caso del hombre que murió en una mecedora.  No la recibiré; ya lo sabe.  Cuando ella llame desde abajo, refiérala enseguida al ayudante “jotagege”, que la conoce; la ha interrogado en el patio donde vivía el viejo ese.

 –¿Hágame un favor, señorita: me podría comunicar con el licenciado Galeoto? –¿Cuál es su nombre? –Soy Hembraluz del Valle; de la ciudad colonial; Galeoto está  a cargo de una investigación; yo tengo algo que declarar.  –Muy bien, espere un momento; le comunicaré.   –Galeoto: es Luz Valle, la persona que habló con usted en La Casona.  –¿Cómo se encuentra?  –Bien, gracias; quiero decirle que la esposa del muerto y un hijo están dispuestos a conversar largamente con usted.

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