A PLENO PULMÓN
 Navidad que vuelva

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG> Navidad que vuelva

Lo mejor que podemos hacer durante el mes de diciembre es disfrutar de los “pequeños placeres” propios de la Navidad.  En lugar de “abordar” los grandes problemas nacionales, recomiendo “dejarse llevar” por la música de algunos villancicos eternos, grabados en nuestra memoria desde la niñez.  No es mala cosa, en una época desordenada y peligrosa, aceitar “las arandelas” oxidadas del corazón. 

Nos defendemos de los ladrones y atracadores todos los días; pasamos el año “en guardia”, sufriendo apagones, leyendo crónicas de crímenes o malversaciones de fondos públicos.  Poco a poco nos volvemos agresores en potencia, centinelas a punto de disparar.  Tal vez convenga desarmar unos días la bomba que llevamos dentro por causa de la delincuencia sin contención, por el desolador espectáculo de una política depredadora, sin objetivos nacionales.  Poderosas razones de higiene mental invitan a tomar un descanso,  receso o vacación.  El “homo sapiens”, además de haber inventado la rueda y la brújula, ha sido capaz de producir cerveza, ron, whisky y diversos aguardientes perfumados.  Consumir un poco de esos brebajes magníficos no conduce a la muerte necesariamente.  Sobre todo si se beben acompañados de trozos de “teleras” con lonjas de pierna de cerdo; o pasteles en hojas tradicionales.

 ¿Cuántos años hace que usted no escucha un “perico ripiao”?  Contratar tres músicos –tambora, güiro y acordeón- no será un gran dispendio de fin de año, que pudiera desaprobar “el buen juicio” o el Fondo Monetario Internacional.  He oído decir que Juan Bosch, fundador del PLD, opinaba que el “guirero” no era un verdadero músico.  Hace dos navidades escuché a un guitarrista borracho explicar que hay dos clases de instrumentos de percusión: los de percusión golpeada y los de percusión “guayada”; el “güirero” es un músico de percusión “guayada”.

Después de “guayar” la yuca durante el año 2010, que concluye el próximo día 31, es más que justo divertirse en familia, con música, algunos traguitos y bocadillos.  Debemos dar gracias a Dios por estar vivos en estos tiempos “mandíbularios” en que “agonizamos”.  Los anatomistas catalogan los músculos en “agonistas y antagonistas” cuando tienen funciones opuestas.  Antagonismo es lucha.  Los políticos son protagonistas, esto es, luchadores principales.  Paremos momentáneamente la lucha, detengamos la “agonía” y disfrutemos.

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