A PLENO PULMÓN
Negocios inmobiliarios

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–Tengo que informarle, señor Caperuzo, que ya he visitado tres casas ofrecidas en venta a través de anuncios clasificados.  De las tres, la más interesante para esta oficina corredora de bienes raíces es la de la viuda Edelmira.  Ella quiere deshacerse de la casa por motivos pasionales; está disgustada con su marido fallecido.  Ahora pide por ella cuatro millones y medio.  Pero creo que podría darla por menos dinero.  La casa está en magnificas condiciones.  Pudiéramos comprarla y venderla por mucho más.  Es una buena oportunidad.  En todos los casos dejé tarjetas con los teléfonos de la compañía y nuestra dirección electrónica.

 –¿Cómo es eso de que tiene motivos pasionales si el marido está muerto? –Señor Caperuzo, ella me dijo que vende la casa con los papeles del muerto; que no quiere vivir en el mismo lugar donde vivía el difunto.  Por eso creo que la vendería más barata, con tal de salir pronto de ella.  El marido le pegaba cuernos con una vecina, con la cocinera. La viuda está que pita.  Lo supo por los papeles que dejó el hombre en su closet.  –¿Y cómo es la viuda; es atractiva? –Sí; es una mujer buena gallina; abrió la puerta en bata de baño.

 –Me gustaría leer lo que escribió el hombre sobre su vida personal.  La viuda me dijo que el muerto le llamaba “documento testimonial e histórico”.  –A mi me gustaría conocer a la viuda.  Así como quiere vender la casa para olvidar el marido, tal vez quiera iniciar una aventura para vengarse de él. –Bueno, se puede volver; es en la calle Colibrí  #15, Ensanche Ensueño.  –A la compañía lo único que debe interesarle es la casa.  Si te ha gustado la viuda, eso es cuestión aparte.

 –Señor Caperuzo, si la compañía llegara a comprar la casa, me complacería mucho quedarme con los papeles del muerto como parte de mi comisión por gestiones de negocios. –Ya veo; te vuelven loco los chismes de mujeres, las historias embrolladas.  –Señor Caperuzo, a mi me encantó la casa; pero no tengo con qué comprarla; también me ha gustado mucho Edelmira.  No tengo más remedio que tirarle a los papeles, pues sólo me alcanza para novelas.

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