A PLENO PULMÓN
Opiniones duraderas

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Conservo un recorte del periódico “El Caribe”, de los años ochenta; contiene un artículo de Julián Marías acerca del ensayo de Unamuno titulado: “Cruce de miradas”.  El dos veces destituido rector de la Universidad de Salamanca, reflexiona en ese escrito sobre las relaciones entre viejos y jóvenes, las transformaciones sociales, las actitudes colectivas frente al liderazgo político.  Saqué el amarillento papel del interior de un libro donde lo guardaba, con el propósito de leer dos párrafos en la Academia Dominicana de la Lengua, durante las “conferencias-talleres de pensamiento español”.  Unamuno lo publicó en 1934, un año después del ascenso de Hitler al poder.

De Hitler, dice Unamuno. “¿Es que cabe nada más impersonal, más borroso que ese pobre “Führer”, un deficiente mental y espiritual?  ¿Cómo puede fascinar a una masa humana –no digo pueblo- un sujeto de tan escandalosa ramplonería?   Don Miguel murió en 1936; no vio el desarrollo de la guerra civil española, ni la desolación de Europa por causa de la Segunda Guerra Mundial.  Al “cruzar miradas” con estudiantes de veinte años don Miguel, de setenta años, preguntaba si serían parecidos a él, un estudiante de 1884.  Comparando tiempos pasados con los que corrían, se atreve a decirnos: “¿Quién sabe si en 1980 no se le llamará al siglo XX loco o energúmeno?”

En la RD tal vez los viejos hayan incrementado, con su conducta “acomodaticia”, la desilusión de los jóvenes.  He visto que una adolescente, condenada por participar en el asesinato de un taxista, declaró: “eso no es na´, dentro de dos años estaré suelta otra vez”.  A lo que respondieron los familiares del taxista: “te estaremos esperando para matarte”.  Esta joven se drogaba; y practicaba el sexo después de ver la sangre de sus víctimas.

Se dirá que es “un ejemplo extremado”.  Y así es.  Pero los jóvenes de hoy no tienen esperanzas en que pueda mejorar la “vida publica”, la convivencia social.  No respetan dignidades, instituciones, partidos, porque a su juicio, no son respetables.  Unamuno recomendaba: “no esconder en la audacia colectiva la cobardía individual”.  La noticia de que en Cuba los Vigilantes del Estado, los comités defensores de la revolución, suman 8.4 millones de personas, actualiza plenamente a Unamuno.

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