A Pleno Pulmón
Paquetes de porcelana

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Niall Ferguson promueve que “Occidente dominó al mundo con seis instrumentos: la competencia, la ciencia, el imperio de la ley, la medicina, la sociedad de consumo y la ética del trabajo”. Cuando el Japón se occidentalizó no sólo adoptó la ciencia aplicada y la producción en serie; también incluyó en las reformas un altísimo nivel de exigencias laborales.  Algo comparable a la moral del trabajo que Max Weber aplaudía en los protestantes europeos.  Los japoneses, finalmente, pasaron de la producción “en masa” al “alto consumo en masa”.  De “manera gruesa” podemos decir que la justicia social es la incorporación de las masas al consumo.

 Obviamente, para que haya consumo es necesario que exista antes producción.  La Revolución Industrial desató una competencia por sobrevivir que sirvió de estimulo a la creatividad del capitalismo; también parecía “confirmar” las teorías darwinistas, aunque el ejemplo no procediera de los peces ni de los insectos. Talvez no luzca verosímil que la gente pueda encontrar analogías entre la máquina de vapor, la mecanización del trabajo, por una parte, y los hormigueros o los espermatozoides pugnando por penetrar en un óvulo.  Ferguson dedica varios apartados de su obra a cada uno de los seis aspectos mencionados en el primer párrafo y, además, al tema de “la propiedad”.

 Es muy extraño que Ferguson no utilice el famoso tratado del profesor ruso Mikhail Rostovtzeff: “Historia social y económica del imperio romano”. No aparece en la bibliografía; ni siquiera en el índice de nombres propios citados a lo largo del texto.  Los siete aspectos –no olvidemos la propiedad-, tienen bibliografías particulares copiosas. Como todos los ensayos valiosos, el libro de Ferguson es “promiscuo”, según diría Unamuno: pasa de una disciplina a otra para ofrecernos un conjunto histórico inteligible.

 El hecho de ser ciudadano británico y quizás la tendencia a “ironizar literariamente”, han acarreado a Ferguson algunas reservas.  Uno de sus críticos afirma que a este libro hay que colocarle el rótulo: “handle with care”.  Creo que los productos intelectuales deben ser tratados siempre con cuidado, como si fuesen paquetes llenos de porcelana.  Buen súbdito del imperio británico, Ferguson declara: “si tuviera que elegir un sólo volumen como “mi corán”, serían las Obras completas” de Shakespeare”.

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