A PLENO PULMÓN
Política  congelada

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Política  congelada

Entre junio y julio del año 2002 escribí una serie de seis artículos bajo el título general: “Raza, religión, idioma”.  Fueron publicados por el periódico “Listín Diario”.  El propósito central de dichos escritos era comentar un notable estudio del profesor Leon-Francois Hoffmann: “Haiti: Couleurs, croyances, creole”, esto es, Haití: colores, creencias, creole.  Este trabajo de Hoffmann apareció en 1990, patrocinado por el Centro de Documentación Haitiana, Caribeña y Afrocanadiense.  Actualmente el autor es catedrático emérito de la Universidad de Princeton.

 La semana pasada un organismo de las Naciones Unidas acordó prolongar por un año más la misión en Haití denominada MINUSTAH.  Los “cascos azules” llevan mucho tiempo interviniendo en Haití sin que, hasta el momento, se hayan registrado cambios importantes, sociales o políticos, en el país vecino.  Su criticada actuación policial, desde luego, ha contribuido a mejorar el orden  público, sobre todo a partir del terrible terremoto del 2010.  En aquellos escritos afirmaba: “La República Dominicana tiene la singularidad de ser el único país con fronteras con Haití: todo cuanto ha sucedido en Haití durante los últimos 300 años ha repercutido sobre “la parte española” de la isla de Santo Domingo”.

 “La Revolución Francesa, la liberación de los esclavos, las ocupaciones militares extranjeras, los “bloqueos económicos”; todos estos sucesos han afectado a la sociedad dominicana.  Esa “singularidad” debería dar pie a la formulación de una “doctrina diplomática” de la cancillería dominicana.  Cuando la Organización de Estados Americanos (OEA) decide aplicar tal o cual política frente al gobierno haitiano, nunca esas disposiciones tocan al Paraguay, al Brasil o a la Argentina.  Pero sí influyen directamente sobre la República Dominicana”.

 “El gobierno dominicano podría exigir del “sistema interamericano” un trato especial a causa de esa singularidad geográfica,  histórica y social.  ¿Podríamos ser consultados?  Aquí, en la RD, vive y trabaja la mayor colonia de haitianos que existe fuera de “la primera república negra del continente americano”.  La RD es el mayor receptor de emigrantes haitianos indocumentados.  Esta situación, potencialmente explosiva, debe preocupar a todos los gobiernos de la región.  Ningún estadista puede mirar sin angustia los crecientes conflictos creados por la inmigración sin controles”.  Han transcurrido 10 años y, lamentablemente, todo permanece igual. Es una política congelada.

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