A PLENO PULMÓN
Política vernácula

A PLENO PULMÓN<BR>Política vernácula

Ya está claro para todos los dominicanos que en los próximos tiempos asistiremos a un terrible duelo político entre el PLD y el PRD.  Ambos partidos proceden del mismo padre: don Juan Bosch Gaviño.  Muchos de los activistas de uno y otro partido, en algún momento de sus vidas, han estado juntos y empeñados en algún propósito colectivo.  Habría que decir de ellos, como se dice de católicos y luteranos, que son “hermanos separados”.  Algunos se conocen “de viejo”, por tener parecidos orígenes sociales o ideológicos.  El PRD ha estado varias veces en el poder; lo mismo ocurre con el PLD. 

La única diferencia es que el PRD ha encabezado gobiernos con distintos líderes: Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Hipólito Mejía.  Excluyo de la lista a José Molina Ureña, y  al propio Juan Bosch, porque estuvieron en el poder durante lapsos muy breves y en condiciones sociales singulares.  De los tres presidentes citados dos completaron sus periodos constitucionales.  La muerte trágica de don Antonio Guzmán impidió que terminara su mandato; solamente le faltaron 40 días.  En cambio, todos los gobiernos del PLD han sido dirigidos por Leonel Fernández.  La experiencia adquirida en tres mandatos gubernamentales, una larga militancia partidaria, los talentos para la oratoria política, la formación intelectual, todo concurre a fortalecer su liderazgo.

 Por segunda vez el PLD participará en unos comicios sin que el candidato sea el fundador del partido o el doctor Leonel Fernández.  Los diputados y senadores peledeístas lo serán por seis años, lo mismo que otros funcionarios electivos.  Ellos dominan ambas cámaras legislativas y un buen número de municipios. La fuerza del PLD y la influencia del Presidente Fernández no deberían ser subestimadas.  A pesar del descontento generalizado y de las protestas sociales por justos motivos, el PLD sigue siendo una agrupación poderosa.

El PRD votará masivamente por su candidato, como siempre ha ocurrido, una vez supera sus “trastornos intestinos”.  Tiene 50 años de experiencia en proselitismo político y campañas electorales.  Así como Leonel Fernández es un magnífico expositor en lengua inglesa, Hipólito Mejía domina magistralmente el “lenguaje de masas”; y toca con maña la música vernácula.  El próximo torneo electoral será, sin dudas, un espectáculo de rompe y raja.

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