A PLENO PULMÓN
Pronósticos sociales

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Pronósticos sociales

“Aquí nunca ocurre nada”.  Esa es una frase muy socorrida para explicar que no habrá reacción pública ante ningún crimen, despojo o abuso de poder.  Se estima que la insolidaridad, el miedo, el empeño en conservar a toda costa un privilegio burocrático, inhibe cualquier manifestación de protesta.  La gente se limita a murmurar; y aun eso, con mucho cuidado… por temor a los delatores.  Los “expertos” dominicanos en psicología social son también “historiadores” y “antropólogos”.  Este es “un país de vagos”; fuimos colonizados “por presidiarios, sinvergüenzas, ignorantes, fanáticos religiosos”.  Disfrutan al decir que Santana, Báez, Lilis, Trujillo, hicieron siempre lo que les dio la gana.

Por tanto, “no pasará nada”; hagan lo que hagan los delincuentes, digan lo que digan los obispos, roben lo que roben los políticos, ninguna persona moverá un dedo para cambiar esa situación penosa.  Sólo llegamos a la formulación de burlas, a los chistes auto-incriminadores y pesimistas.  Esta “filosofía sado-masoquista” sirve como estimulo a los mayores desmanes: “no te preocupes, aquí todo se olvida, aprovecha tu oportunidad de enriquecerte”. Don Américo Lugo escribió que en Santo Domingo “ni el crimen mismo es mancha perdurable”.

Cuando Trujillo inició su régimen tiránico la población del país apenas sobrepasaba el millón; actualmente tenemos diez millones de habitantes.  En la época de Trujillo la población rural constituía el 80% de la población total.  Las ciudades eran pequeñas, fácilmente controlables por la policía.  Ahora es a la inversa: la población rural es una proporción insignificante de la población total.  Las estadísticas de las empresas de comunicación indican que –para fines prácticos- cada dominicano posee un teléfono celular.  Están permanentemente  “conectados”.  Es cierto que todavía quedan analfabetos en la RD; pero son “analfabetos cultos”.  La radio, la televisión, las técnicas audiovisuales de difusión publicitaria, los han incorporado a la vida ciudadana.

Franklin Almeyda, ministro de lo interior, ha dicho que es necesario “desarmar a la población civil”.  Si hay que “desarmar” la población  es porque tiene armas, concluimos.  Las tiene porque las necesita para defenderse de los delincuentes.  Se ha dicho mucho que el contrabando de armas se hace por la frontera dominico-haitiana, donde no existe control “de nada”.  Obviamente, en RD ya puede ocurrir “de todo”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas