A PLENO PULMÓN
Recuerdos de bueyes

<STRONG>A PLENO PULMÓN</STRONG><BR>Recuerdos de bueyes

Los abusos que aguantan los pueblos no parecen tener límites.  Algunos extranjeros no se explican cómo los dominicanos toleran tantas trapacerías de los políticos, de los funcionarios, de los policías.  Se atribuye a Clemenceau, estadista francés apodado El tigre, haber dicho: “se puede vivir sin próstata y sin presidencia de la república”.  Nosotros estamos ensayando vivir sin justicia, sin seguridad ciudadana y sin esperanzas de cambio.  Los militares confían en la fuerza de las armas; los políticos en sus habilidades para zurcir promesas y justificaciones mendaces.  Marrullería, violencia, dinero, se reputan las herramientas más poderosas de manipulación política.

 El conde de Romanones afirmaba que “los sentimentales y los místicos no sirven para el ejercicio del poder”.  Este hombre, tan agudo como realista, fue varias veces jefe de gobierno en España.  Sin embargo, el mismo conde de Romanones también escribió: “más fácilmente que a una pareja de bueyes se conduce a un pueblo; pero ¡ay del conductor si los bueyes recuerdan que fueron toros!”.  Cuando llega la hora del hartazgo todos los pueblos se sublevan.  Y encuentran de repente los testículos que sus líderes creían les habían sido extirpados.

¿Estamos obligados a vivir pagando la energía eléctrica más cara del mundo? ¿Debemos aceptar sin protesta que los contratistas extranjeros no den el servicio y eleven las tarifas? ¿Es razonable que “nuestro” gobierno proteja más a los extranjeros que a los nacionales? ¿Los economistas gubernamentales, son los únicos profesionales exonerados de toda responsabilidad penal?  El espectáculo cotidiano de la impunidad en la República Dominicana envenena a la juventud, la llena de rencor y frustración.  Tarde o temprano surgirá un movimiento vindicador.  Es deseable que no tenga erupciones de violencia.  La gran partera de la historia no es la violencia,  como siempre han dicho los radicales.  La partera máxima es el  trabajo constante, disciplinado, inteligente.

El texto que antecede es parte de un artículo que escribí en mayo del 2003.  Fue publicado por el periódico “Listín Diario”.  Es la última entrega de mi columna “Pecho y espalda”.  Asombrosamente, nueve años después, la mayor parte de estos problemas está vigente.  Da la impresión de que en ciertos asuntos colectivos avanzamos a muy poca velocidad o estamos totalmente detenidos.

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