A PLENO PULMÓN
Renacuajos léxicos III

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Renacuajos léxicos III

Un escritor de textos gratuitos ha de “palabrizar” con la mayor exactitud y eficiencia, pues nadie le obliga a decir “aquello que hay que decir”, como si se tratara de un examen escolar o de meras formalidades rituales.  Las palabras, viejas y nuevas, son levaduras que hacen crecer la harina interior de los pueblos.  Los escritores son responsables de la sabia o torpe administración de tales “levaduras fonéticas”, bacterias intelectuales con virtudes contrapuestas: hacernos más tontos y rutinarios o más inteligentes y creativos.

 Así concluye el texto titulado “Renacuajos léxicos y sapos expresivos”, publicado en la edición de mayo 2012 de TV Cable Guía.  Reproducido en “A pleno pulmón” el pasado sábado y ayer lunes, me ha permitido un respiro para consultar médicos sin dejar “huérfana” de palabras esta columna periodística.  Terminada ya la campaña electoral, repleta de palabras huecas y “gases del vientre”, talvez sea útil retornar a las palabras consistentes, a las “bacterias intelectuales” que tengan la virtud de hacernos “más inteligentes y creativos”.

 Desde luego, inteligencia y creatividad, en el orden político, no son objetivos fáciles de lograr.  En ese complejo mundo intervienen grupos sociales diversos, intereses encontrados, ambiciones desmedidas, odios y rencores, obcecaciones ideológicas de todo tipo.  Son embargo, ya es hora de que los dirigentes políticos examinen hechos colectivos medibles a través de los cómputos electorales.  1ero; el PRD es un partido grande, con una masa de seguidores que vota sin vacilaciones por el candidato escogido. 2do; el partido derrotado entrará ahora en una etapa de disputas internas que podría permitir la renovación de su liderazgo.

 El partido triunfador alcanzó una votación menor que el partido perdedor; pudo ganar las elecciones con la ayuda de “las organizaciones aliadas”, especialmente del Partido Reformista.  También los ganadores deberían realizar una inspección en el interior de su propio partido.  Por el momento, el triunfo los protege de divisiones.  Las diferencias suelen ser “mejor discutidas” desde el poder.  Pero los desacuerdos e insatisfacciones subyacen tras las guirnaldas de la victoria.  El pueblo dominicano observa, hasta ahora impotente, el espectáculo de “sus” partidos políticos.  Los gusarapos del disgusto amenazan con transformarse en “renacuajos sociales”; y si continuara la metamorfosis, se convertirían en croantes sapos políticos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas