Nunca creí que llegaríamos a leer un titular como el de la portada de El Caribe del pasado sábado: En RD se roba de todo. A seguidas, el subtítulo continuaba: los ladrones han robado desde un avión hasta los soportes metálicos de un puente en San Cristóbal, pasando por piezas valiosas del patrimonio nacional . Ese mismo día el periódico Listín Diario trajo una declaración del nuncio apostólico del Papa pidiendo evitar excesos y contener el derramamiento de sangre en los barrios pobres. La Iglesia católica ha denunciado con insistencia cómo diversas formas de criminalidad han ido arraigando en la sociedad dominicana en los últimos años.
Los titulares de los periódicos reflejan en ambos casos la verdad de los hechos. A Monseñor Josef Wesolowski no puede atribuírsele interés en desacreditar un determinado oficial de policía o en politizar un problema social, que aflige hoy tantos países. La violencia criminal, ciertamente, es un problema social; por tanto, una cuestión de Estado, como decían nuestros abuelos. Y ese es el punto principal. ¿Qué hace el gobierno para evitar el robo de metales? Estos metales robados, según se ha dicho siempre, van a parar a firmas compradoras de chatarra que, a su vez, los exportan sin ningún control.
El editorial de este periódico abordó en el día de ayer el tema, con tanta claridad como responsabilidad. No tenemos una firme política contra el robo. Afirma el editorial de Hoy: peor que el hecho de que haya ladrones por doquier [ ] es la verdad monda y lironda de la falta de voluntad política para resolver ése y otros devastadores problemas nacionales. Los robos de puentes, de ganado, de aviones, automóviles, son hechos inocultables.
Un notable caricaturista de nuestra prensa diaria expresó con formato de ecuación matemática: mientras más sube el costo de la vida en los supermercados de la RD, más baja en las calles el valor de la vida humana. Gracia verbal y humor negro no logran debilitar el horror de esa trágica situación colectiva. El asesinato de Ubrí Boció es un ejemplo reciente citado en uno de los editoriales de Hoy. Aunque no lo crean los políticos de los grandes partidos predominantes, todos estamos sentados sobre un volcán.