A PLENO PULMÓN
Seco ama a Quina

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Seco ama a Quina

Cierto buen amigo, observador e inteligente, leyó un pequeño cartel clavado en un poste que decía: “seco ama a quina”.  La congestión del tránsito no le permitió leerlo con detenimiento; además, el precario letrero carecía de guiones que separaran las sílabas al terminar un renglón.  Mi amigo pensó: algún hombre llamado Secundino, al que apodan “Seco”, estaría enamorado de Joaquina, a quien abrevian el nombre y llaman “Quina”.  El asunto parecía evidente, público, “proclamado”; no había dudas: “Seco ama a Quina”.

Dos años después, mi amigo volvió al lugar y cayó en la cuenta de que no se trataba de ningún amorío.  El cartel decía exactamente: “se cose a máquina”.  Personas residentes en los alrededores del poste se dedicaban a coser forros de cojines con una máquina de tapicero.  Otro amigo, viajero veterano, acostumbraba mirar los avisos y señales de las calles y carreteras por donde transitaba. Un día este periodista – extranjero–  vio en un barrio pobre una leyenda rústica, escrita con brochazos irregulares: “pollo vivo mata dos”.

El periodista creyó que era el anuncio de un criador de gallos de lidia.  Quizás algún gallo de pelea muy rápido tendría en “récord” dos victorias mortales sobre sus contrincantes.  En realidad, leyó el cartel de venta más común en la RD: “pollos vivos y matados”.  Todos los dominicanos saben que no es lo mismo un pollo muerto que uno “matado expresamente”.  Cualquier pollo que muera “de muerte natural” se reputa pollo enfermo; por tanto, “no apto para el consumo humano”.

Estas historias risibles prueban que la gente lee lo que desea leer.  Si se afirma que “la guardia lee comoquiera”, debemos admitir también que los civiles leen “lo que quieren leer”.  Políticos de diferentes partidos leen todos los días las mismas truculentas noticias, pero las interpretan de maneras divergentes.  El “arte de leer” es una facultad “multiway”, provista de muchos senderos mentales.  El lector pone sobre su lectura: el acento, el símbolo, el significado; y produce sin proponérselo la deformación semántica de cualquier texto encima del cual fije los ojos.  El título de este escrito podría “descomponerse” de varios modos; por peluqueras: “secado a máquina”; por médicos: “amar la quinina seca”; por psicólogos: “sexo con máquinas”.

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