A PLENO PULMÓN
Sinvergüencería global

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Sinvergüencería global

Ayer apareció en los periódicos una noticia estrafalaria y espeluznante.   Un médico militar solicitó entrada a un edificio de apartamentos; el guardián explicó que debía aguardar un momento para anunciarlo “en el piso correspondiente”.  El médico militar consideró que esta espera reglamentaria era poco menos que “una vejación”; sacó su pistola y disparó en señal de protesta y con ánimo de intimidar al guardián; el guachimán devolvió el disparo y mató al médico militar.  Historias como ésta se escuchan a menudo: dos militares se mataron hace poco, frente a un cajero automático,  después de discutir “el turno que les tocaba”; automovilistas que forcejeaban por un espacio donde estacionar, acabaron a tiros.

Está a la vista que no hay proporciones entre los insignificantes motivos de las disputas y los resultados fatales que ocasiona la intemperancia.  Ante cosas como estas nos parece “menos absurdo” que un hombre mate su amigo por una deuda de mil pesos, que es otro caso reciente.  Existe un estado de crispación general en todos los niveles de la sociedad.  Aquellos que por su pobreza y falta de educación deberían ser subalternos obedientes, se rebelan contra unos “superiores” que, a su juicio, carecen de superioridad.  Al fin  y al cabo, se dicen, si yo lograra hacer algunas trapacerías, también podría tener una banca de apuestas.

Las bancas de apuestas son negocios que han proliferado en los últimos tiempos; hombres trabajadores y audaces han hecho fortuna en ellas y cambiado el destino de sus hijos.  Operar una banca de apuestas no es un oficio denigrante, como podría serlo el de vendedor en “un punto de drogas”.  Todos pelean por tener un pedazo “del pastel de la riqueza”; ven el espectáculo de los “políticos deshonestos” como invitación al progreso por cualquier medio, como justificación de la tozudez y la agresividad.

Las noticias internacionales son tan truculentas como las locales.  La sinvergüencería de los mafiosos abarca el globo terráqueo.  Ya se sabe que la globalización del comercio puede incluir la globalización de la delincuencia.  El periódico español “El país” acaba de publicar una caricatura, parodia del famoso principio de Arquímedes, que reza: “la degradación moral produce un ascenso social igual al volumen del dinero que desaloja”.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas