A PLENO PULMÓN
Soledad del escritor

A PLENO PULMÓN<BR>Soledad del escritor

Ángela Genoveva Henríquez ha colocado en “Facebook” la primera carta de Rilke al joven Franz Xaver Kappus.  Ángela Genoveva es hija del poeta Rafael Américo Henríquez, autor de un extraño y maravilloso poema titulado: “Rosa de tierra”.  La correspondencia de Rainer María Rilke con Kappus fue publicada bajo el nombre de “Cartas a un joven poeta”.  Rilke, como todos saben, es autor de las famosas “Elegías de Duino”, poemas que han merecido centenares de estudios desde su primera publicación en lengua alemana.  Las “Elegías” fueron escritas entre 1912 y 1922.  Rilke falleció en 1927.

 Mientras las diez “Elegías duinesas” constituyen uno de los grandes monumentos de la poesía europea del siglo XX, las cartas del poeta son modelos de agudeza psicológica y de intuición estética.   Dice Rilke: “…intente, como el primer hombre, decir lo que ve y lo que experimenta y ama y pierde.  Sálvese de los temas generales y vuélvase a los que le ofrece su propia vida cotidiana: describa sus melancolías y deseos, los pensamientos fugaces y la fe en alguna belleza; descríbalo todo con sinceridad interior, tranquila, humilde, y use, para expresarlo, las cosas de su ambiente, las imágenes de sus sueños y los objetos de su recuerdo”.

En esa misma carta Rilke explica a Kappus: “nadie puede aconsejarle ni ayudarle,  nadie.  Hay sólo un único medio.  Entre en usted.  Examine ese fundamento que usted llama escribir; ponga a prueba si extiende sus raíces hasta el lugar mas profundo de su corazón; reconozca si se moriría usted si se le privara de escribir”.  […] pregúntese en la hora más silenciosa de su noche: ¿debo escribir? Excave en sí mismo, en busca de una respuesta profunda.  Y si esta hubiera de ser de asentimiento, si hubiera usted de enfrentarse a esta grave pregunta con un enérgico y sencillo debo, entonces construya su vida según esa necesidad”.

No es fácil “construir” una vida con arreglo a “esa necesidad”.  Es claro que el hombre debe “ganarse la vida” ontológicamente; es imperativo llegar a ser el que se es “en potencia”, aquel que la intima vocación exige. 

Pero también debe “ganarse la vida” económicamente.  Ser y comer: he aquí el problema. ¿Finalmente, cuantos lectores podría atraer?

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