A PLENO PULMÓN
Soñador Martínez

A PLENO PULMÓN<BR>Soñador Martínez

Afirmó rotundamente: –estoy seguro de que antes de que termine esta década se consolidará la democracia política en RD.  También creo que la fórmula más confiable para producir riqueza es trabajar todos los días.  Los partidos políticos que tenemos hoy son monstruos de un solo ojo sin párpado;  solamente miran hacia su propio ombligo.  Por eso, bajo los ombligos de los dominicanos hay tantos estómagos hambrientos.  Ni los partidos miran hacia la gente, ni la gente exige que la tomen en cuenta.  Sin embargo, esta situación cambiará a medida que la población vaya educándose.  Pero todavía no se sabe exactamente quienes educarán a los adolescentes dominicanos. 

–¿Serán los periodistas? ¿Quizás los productores de programas de televisión? ¿Acaso los maestros de la escuelas primarias? En las escuelas dominicanas hay algunos profesores excelentes en todos los niveles de la educación.  Podrían ser muchos más si se pone empeño en buscarlos y entrenarlos.  Antiguamente la educación era el resultado de una tensión entre tres fuerzas concurrentes: la personalidad de cada maestro, los hábitos de las familias  de los niños, el carácter de las comunidades donde crecen y se desarrollan.

–Los métodos didácticos que las escuelas asumen como propios son, casi todos, esencialmente buenos.  Los padres escolapios son educadores de primera clase.  Montessori o Piaget concibieron caminos valiosos para la educación humana.  El problema de hoy consiste en que la influencia de la sociedad –magnificada por los medios audiovisuales de comunicación– sobrepuja la de maestros y hogares.  El enriquecimiento repentino, sin causa explicable “a primera vista”, es el fenómeno más frecuente con que topan hoy los estudiantes.

–“Trabajar todos los días es el único modelo económico que no se agota”. Una frase como ésta provocaría en el estudiante una risotada; podría responder; no se agota el modelo, quien se agota es el trabajador.  “Sexo virtual”. “negocios e inversiones virtuales”, son presencias cotidianas con las que no contaba el educador de antaño.  Hace unos días monseñor José Francisco Arnáiz escribió un artículo en el cual distingue entre educación e instrucción, entre capacitación y formación. Recibir instrucción y capacitación en informática prepara para trabajar y ganarse la vida.  No incluye educación cívica, ni formación moral.  –¿Cómo se llama usted?  –Soñador Martínez.

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