Hace unas pocas semanas apareció en A pleno pulmón un artículo titulado Palpación del mundo. Es un escrito que resume o concentra un estudio que había presentado en la Academia Dominicana de la Lengua. El tema central era una averiguación acerca del conocimiento poético. Existe el conocimiento científico, al cual llegamos mediante la observación y el ejercicio del pensamiento lógico. Los poetas practican un modo especial de acercarse a las cosas que les rodean. Contrariamente a lo que tal vez piense el lector común, su manera de vincularse con los objetos no es asunto de meras palabras. Es algo mucho más complejo y enigmático.
Pablo Neruda escribió un poema titulado Entrada a la madera. ¿Puede un poeta penetrar en el interior de la materia? Los postulados y axiomas de los que parten los científicos matemáticos, físicos, químicos- parecen partículas elementales del razonamiento, indivisibles o atómicas para fines del análisis lógico. En realidad, podrían ser chupones intelectuales, semejantes a los hoyos negros de la cosmología, que sorben energía. Los axiomas no requieren demostraciones por pasos, como lo exigen los teoremas. Algunos poetas producen chupones de energía mental y los expresan mediante metáforas. Son axiomas ilegales; un contrabando filosófico segregado artísticamente.
Grandísimo respeto merece San Anselmo, benedictino creador de varios celebrados argumentos teológicos. Esa conexión histórica y cultural no debe romperse. Para encontrar a Dios hay que buscarle. La fe necesita de la inteligencia, recomendaba él en plena Edad Media. Pero los poetas logran sacar muestras de la realidad, a través de un calador intuitivo que clavan en el gran saco del mundo. No razonan en la forma lineal prescrita por Aristóteles; no siguen las reglas escolásticas de San Anselmo. Los poetas llegan al conocimiento por métodos inalámbricos.
El poeta Mieses Burgos declaró solemnemente, en su poema escénico El héroe: Yo estoy de incomprensibles verdades sostenido. Creía tener base o sostén en verdades no inteligibles. Durante siglos la verdad ha sido verdad solamente para la inteligencia; y lo es en tanto en cuanto puede ser comprendida. La única vía para captar realidades, mundanas, imaginarias, concretas o abstractas, no es el razonamiento tradicional. Existen verdades entrevistas, verdades sentidas y verdades palpadas. La realidad divina podría estar entre estas.