A PLENO PULMÓN
Tirados a muerto

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Tirados a muerto

¿Cuál es el tema más importante entre todos los que llaman “de actualidad nacional”?  ¿La inseguridad de los ciudadanos? ¿La criminalidad y la violencia?  ¿El crecimiento de la deuda pública?  ¿La falta de credibilidad de la policía?  ¿El narcotráfico?  ¿La drogadicción? ¿La forma de hacer política?  ¿El desorden del tránsito de vehículos?  El comportamiento de los dirigentes políticos repercute sobre el ánimo de jóvenes y viejos.  Ellos pasan de un partido a otro, con la mayor naturalidad, sin consideraciones ideológicas de ninguna clase.  Lo único  importante es el beneficio personal que el dirigente “saque” de su “mudanza” partidaria. 

 La corrupción administrativa, el enriquecimiento rápido de los funcionarios del gobierno, son, indudablemente, problemas de primer rango para cualquier sociedad.  Encima de todo esto, el pueblo dominicano debe sufrir la “impunidad generalizada”.   Hace una semana Francisco Domínguez Brito, antiguo fiscal, legislador y político bien conocido, declaró que el 90% de los crímenes queda sin sanción en la RD. Y añadió:  si pudiéramos separar estadísticamente los crímenes conectados con el narcotráfico, el porcentaje  sería aún mayor.   La lista de los problemas que nos afectan es larga.  Excluimos, deliberadamente, los de educación y salud. 

 El incremento de la migración de haitianos indocumentados, después del terremoto de enero, es otro “tema de candente actualidad”.  Cada uno de los asuntos mencionados merecería dos o tres columnas “A pleno pulmón”.  Este último problema ha comenzado a preocupar a los lideres de la Confederación Nacional de la Unidad Sindical.  Sin embargo, me parece que el mayor problema que padecemos es invisible; está metido dentro de nosotros mismos.  A causa de este cúmulo de conflictos sin solución, nos hemos “echado a muerto”, en actitud resignada, como enfermos desahuciados por médicos especialistas.  Creemos que nuestros males “ya no tienen remedio”. 

 La parálisis y la insolidaridad de los dominicanos, deja abierto el camino del poder público a los irresponsables más audaces.  La “hemiplejia social” de tantos hombres educados es “la gran tentación” para las “especies depredadoras”.  Los atrevidos dan pasos firmes hacia adelante; empujan fuera de la vía a quienes muestran debilidad, indecisión, incapacidad para actuar.  Los que “se dan por muertos” salen del juego, abandonan la cancha antes de comenzar el partido.  Es una lástima.

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