A PLENO PULMÓN
Títeres de vacaciones

A PLENO PULMÓN<BR>Títeres de vacaciones

Los espectáculos de títeres no deberían causar asombro a las personas nacidas en la “era del cinematógrafo”.  El cine, espectáculo de riqueza extraordinaria, reúne: movimiento, color, música, diálogos; puede “contener” drama, historia, comedia, denuncia política; el cine está “abierto” a todos los espacios físicos: aire, mar, campo, ciudad.  Un teatro de títeres es, por fuerza, un ámbito reducido o concentrado, con telón de boca y escenario limitados.  Además, cada títere requiere un titiritero; algunos expertos pueden manipular dos títeres a la vez.  En una ocasión, en México, tuve oportunidad de ver un montón de títeres marchando en formación militar.

 Esos mismo títeres, accionados desde un cobertizo, regresaban al escenario bailando una graciosísima danza folclórica.  Un titiritero con experiencia manipula los hilos con tal maestría, que logra imprimir vida y expresión a unos tiesos muñecos de madera; consigue que los títeres muevan, simultáneamente, cabeza, brazos, piernas; y por añadidura, produzcan risa o tristeza.  El arte del titiritero consiste en hacer creer al público que el guiñol avanza o retrocede por su propia cuenta y voluntad.  Dos títeres podrían tener una pelea a puñetazos y usted ver caer a uno de ellos desmadejado, como si se tratara de un boxeador “noqueado”.

 Es muy frecuente que en el teatro de títeres se utilicen analogías y alusiones referentes a “la política local”.  El visitante extranjero no entiende enseguida el doble sentido que un títere expresa al inclinar la cintura, genuflexo, ante otro títere aparentemente más importante.  Una explicación general pone al forastero en mejores condiciones para disfrutar de un divertido espectáculo. Burlas, alegorías, sátiras, hacen que el público “se muera de la risa” o aplauda con entusiasmo.

 En el fondo del corazón de los espectadores yace la convicción de que las sociedades de hoy están “manejadas” por titiriteros políticos, mercadotécnicos o financieros.  Los cordeles de los titiriteros transmiten tensión y energía a los títeres que habitan las peligrosas ciudades de nuestros días.  El titiritero tiene en sus manos el poder suficiente para que salte el títere o “colapse” completamente.  Algunas personas descubren un día que crisis monetarias, tasas de cambio, guerras, escaseces, abundancias, están amarradas con hilos que se halan o aflojan. Entonces pasan a ser “títeres en vacaciones”.

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