A PLENO PULMÓN
Triangulación patriótica

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Triangulación patriótica

Circula el rumor de que un grupo de residentes de la ciudad colonial realizará una marcha a la que llaman “triangulación patriótica”.  Esos ciudadanos, en su mayoría viejos, se proponen partir del Palacio Borgellá, en la calle Isabel La Católica, para dirigirse por esa vía a la casa en que nació Juan Pablo Duarte; después asistirán a una misa en la iglesia de Santa Bárbara, lugar donde fue bautizado el fundador de la República.  Entonces, reforzados los viejos por un grupo de jóvenes, irán al Baluarte 27 de Febrero, a depositar una ofrenda floral en la tumba de los tres Padres de la Patria.

Este movimiento se ha producido ante las expectativas de cambios constitucionales en la forma de definir la nacionalidad dominicana. Tiene un carácter marcadamente simbólico.  El Palacio de Borgellá es el lugar habilitado como asiento del gobierno haitiano durante la ocupación de 1822.  Santa Bárbara, como todos saben, es patrona de los artilleros, protectora de quienes “bregan con pólvora”;  Santa Bárbara “preside” o custodia los arsenales.

Se habla abiertamente de que un país pobre, en crisis energética y de producción, no puede hacerse cargo de dos millones y medio de inmigrantes pobres; se habla –solo se habla – de que los hijos de haitianos nacidos en Santo Domingo deben cuantificarse a partir del último convenio de contratación de braceros firmado entre los dos gobiernos de la isla.  Los partidos  políticos tienden a “formular arreglos” que “convengan internacionalmente”, aunque no convengan a los intereses vitales de la RD.  Esto es, apoyan lo extranjero primero que lo nacional.

Hasta ahora la “triangulación patriótica” es un proyecto de  manifestación pacífica por inconformidad con la manera de tratar el tema de la nacionalidad en la Asamblea Revisora de la Constitución.  Ojalá que gobierno, legisladores, partidos políticos, instituciones educativas, religiosas, cobren conciencia de la peligrosidad potencial de irritar sentimientos nacionales mientras padecemos escasez  de empleos.  Hasta ahora se ve mayor interés en unificar las elecciones – presidenciales y congresales –, extender periodos legislativos, conseguir controlar administrativamente tal o cual dependencia del Estado, permitir la repostulación presidencial, que afrontar el problema de quienes y cuántos serán, legalmente, dominicanos por nacimiento.  ¿Cuántos tendrán derechos políticos para elegir y ser elegidos?

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