A PLENO PULMÓN
Tribulación de niño

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Cuando era un adolescente circulaba una revista de tiras cómicas llamada “Rataplán”.  Creo que llegaba desde la Argentina que, en aquel tiempo, disfrutaba de notable “auge editorial”. Buena parte de los libros de texto usados en la escuela primaria procedían de Buenos Aires.  “Rataplán” contenía historietas ilustradas de todas clases.  Las había de espionaje internacional, de guerra submarina, de investigación policial, de aventuras en lugares exóticos.  Recordaré siempre una titulada: “Las tribulaciones de un chino en los siete mares”.  Me llamaban la atención los dibujos del mundo chino: sampanes, sombreros anchos de agricultores, viejos con largos bigotes, vendedores de hortalizas con varas cargadas en las espaldas y canastos en cada punta.

Había cañas para fumar  opio y, desde luego, montones de piratas opiómanos.  Me encantaba “comprobar” que los tifones del Mar de la China podían ser terribles.  La Gran Muralla y la Ciudad Prohibida eran lugares que se mencionaban en la historieta; de vez en cuando aparecía un cuadro con la silueta serpenteante de la Muralla, una de las “maravillas” del mundo antiguo.  También menudeaban sentencias sapienciales de Confucio o Lao-Tse.  Los protagonistas de aquella historieta se aproximaban a la figura de algún filósofo chino, pero todos portaban armas de fuego; tenían que enfrentar docenas de bribones en cada puerto.

 Los entretenimientos de los marineros durante largas travesías por mares, ríos, canales,  consistían en mirar en las paredes  del barco “sombras chinescas”, proyectadas por la luz de una vela.  La historia entera estaba compuesta con imágenes estereotipadas de la China tradicional, sociedad cerrada a toda influencia occidental.  Muchas veces me senté bajo la sombra de unos bambúes, en un parque de Santo Domingo, para estar más cerca de las “peripecias” del chino de “Rataplán”.  Lo único que obtuve fueron picaduras de insectos,  polvillos irritantes de la piel.

 Hace pocos años pude visitar varias ciudades de China continental y pasar cinco días navegando por el Yang-tse-Kiang.  Quería conocer la famosa presa de Las Tres Gargantas.  El mundo de las historias que leí siendo niño ya no existe.  China es un país pujante, moderno, industrializado, donde han empezado a desaparecer las bicicletas.  Shanghai es más grande que Nueva York. Solamente la Gran Muralla permanece en su sitio.

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