Durante el pasado fin de semana he visto con placer que el poeta José Enrique García ha vuelto a poner su atención en “Ubres de novelastra”.  La primera vez que lo hizo escribió, tras el título del libro: “la definición”; intentaba aclarar al público qué cosa es una “novelastra”.  Esta vez, después de “Ubres de novelastra”, añade: “el horror”.  Durante el siglo XX, el ejercicio del poder político, y las luchas por alcanzarlo, han conformado una colección de horrores.  José Enrique García estima que lo fantástico proviene de la “descomposición” de lo real. A propósito de lo fantástico él cita “Manuscrito encontrado en Zaragoza”.

“Manuscrito de Zaragoza” es una obra de comienzos del siglo XIX que circuló poco en su edición original. Su autor es un polaco llamado Jan Potocki.  Dos cineastas muy celebrados: Francis Ford Coppola y Martin Scorsese, han producido un DVD basado en este libro, donde convergen historias de amor, situaciones humorísticas, hechos reales, truculencias inverosímiles.  Parece que lo fantástico surge, como flor imprevista, de la “corrupción” de la realidad.  Se dice que los soldados de la época napoleónica, al descubrirse el manuscrito, dejaron de pelear; enseguida empezaron a leer esas interesantísimas historias. Se cree que Washington Irving plagió una de las narraciones de Potocki.

Una periodista que aprecio dijo: “Ubres de novelastra” es un título “muy llamativo”; otra periodista, que también aprecio, opinó que el título no podía ser más feo, pero que “valió la pena comprar el libro porque es interesantísimo”.  He leído en Internet una descripción de la obra: “historias cortas alrededor de la guerra civil española y la revolución bolchevique”.  En realidad, es una sola historia larga… que no termina.  Quiere decir que cada lector “encuentra” un aspecto que le parece primordial.  Un amigo, sociólogo, considera que “Ubres de novelastra” no es un libro para intelectuales; otro amigo, académico de la lengua, piensa que es “una novela del pensamiento”.

Estoy muy orgulloso de escuchar tantos puntos de vista contradictorios.  El horror de la vida política de las últimas décadas merece ser estudiado por pensadores y artistas.   Me encantaría ver “combatientes”  de hoy colocando sus armas en el suelo para dedicarse a leer este extraño libro de “narraciones escamosas”.