En algunos momentos de mal humor muchos ciudadanos desearían salir a la calle montados en un elefante con un cañón en la trompa. La inconformidad les hace soñar con enrolarse en algún cuerpo armado, así sea de forajidos, para defenderse de tantos peligros que nos rodean. El elefante artillado, capaz de aplastar a su paso los enemigos potenciales, es tan sólo el símbolo de un estado de ánimo. La agresividad reinante provoca reacciones agresivas; para no dejarme arrollar, debo estar preparado para resistir. La violencia, como se sabe, engendra violencia; hasta crear una ola que nos envuelve a todos; anuncio o preludio de guerra civil no declarada.
Es innecesario consignar que cada día hay más personas que llevan pistolas en sus automóviles. El comercio de armas ha crecido considerablemente; y los negocios de seguridad se han multiplicado. En cambio, es imprescindible referirse a nuestra atmósfera pre electoral. Las quejas frente al comportamiento de los partidos políticos son cada vez más agrias y frecuentes. ¿Estamos condenados a un bipartidismo estéril? Infecundo económica e institucionalmente y vacío de propósitos colectivos coherentes, especialmente en lo que concierne a educación, empleo, salubridad, migración. Esa clase de bipartidismo frustratorio parió en Venezuela el gobierno del coronel Hugo Chávez.
Dentro de pocos días se cumplirán 50 años de la muerte de Trujillo. Ayer, el Listín Diario reprodujo declaraciones sobre Trujillo hechas por historiadores dominicanos. El general Soto Jiménez dijo: Trujillo está vivo en el imaginario de poder del pueblo dominicano. Roberto Cassá opinó: que un retroceso autoritario en el país no es descartable. Soto Jiménez añadió que nuestra democracia ha alcanzado indudables logros en términos de libertades públicas, pero tiene una gran vergüenza: seis millones de pobres. Cassá reconoció que nuestro sistema político tiene fallos tremendos y es posible que en determinados vacíos, de quiebras económicas y confusiones políticas, emerjan propuestas abiertamente autoritarias.
La campaña electoral venidera es buena oportunidad para reflexionar acerca de estos problemas básicos para el porvenir de los dominicanos. Plantearse en serio la necesidad de formar nuevas opciones políticas me parece un asunto de enorme importancia. La voluntad de crearlas es el gran reto de las minorías rectoras de nuestra vida pública, sean económicas, sindicales, religiosas o académicas.