La Fundación Global Democracia y Desarrollo apadrinó una Conferencia Internacional sobre Seguridad y Defensa.  El tema central de dicha reunión: la creciente influencia del crimen organizado en la política y en la economía de los países del área del Caribe.  Algunos de los participantes en la conferencia han hecho declaraciones a la prensa local.  Ese es el caso de Raúl Benítez, nacido en Chile, profesor en la Universidad Autónoma de México, en Columbia University, de Nueva York.  Al preguntársele cuál era la razón del auge del crimen en México, Benítez dio explicaciones interesantes y sorprendentes.

Según este “experto en seguridad”, al desmantelarse los cárteles de Medellín y de Cali, los narcotraficantes mexicanos llegaron a controlar el negocio.  Los principales consumidores de cocaína viven en los Estados Unidos, país fronterizo con México.  Los criminales mudan sus centros de actividad con arreglo a las circunstancias.  Sin embargo, permanece inalterado un hecho básico: comunicar las zonas productoras con las zonas consumidoras. Para estos fines, el “puente” ha sido el istmo de Panamá o las islas de las Antillas.  En este momento la vecina República de Haití cumple un papel protagónico como “ruta de drogas”.  No debemos olvidar que ese país está intervenido, desde hace cinco años, por tropas de las Naciones Unidas.

 Otro participante en la conferencia, Rafael Calduch, español, de la Universidad Complutense, ha señalado los riesgos terribles que corre la República Dominicana si los cárteles de las drogas trasladan sus operaciones a la isla entera.  Anteayer hubo publicaciones recordando el diagnóstico que sobre Haití hizo la revista “Foreign Policy”: un “Estado fallido”.  El pronóstico para la RD es más benigno: Estado a punto de fallar.  Al mismo tiempo, el Presidente Fernández pregona que hará guerra frontal a las drogas.

 Los jefes de Estado de Norteamérica se han reunido esta semana y declarado también la guerra al crimen organizado.  Los periódicos dominicanos dicen que el Presidente Fernández combatirá “el microtráfico”; en cambio, los mandatarios norteños parece que proyectan enfrentar “el macrotráfico”.   La visita a Washington de un general colombiano, para coordinar acciones con el ejército norteamericano, apunta hacia una estrategia militar de control del crimen organizado.  Uribe, Obama, Calderón, Fernández, demasiados presidentes alrededor de un solo  fogón.