A PLENO PULMÓN
Un poeta clarividente 2

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Hans Magnus Enzensberger no se limita a decir que el Banco Central Europeo (BCE), el Mecanismo de Estabilidad Financiera (MEDE), son organismos que no aparecen en las constituciones de ningún país de Europa; también afirma que los electores no tienen el más mínimo papel en las decisiones y nombramientos de esas organizaciones. 

Del MEDE escribe: “Las decisiones de los miembros que marcan la pauta en este organismo de rescate son inmediatamente efectivas desde el punto de vista del derecho internacional y no están vinculadas a la aprobación de los Parlamentos.  Esos miembros se autodesignan, igual que en el antiguo régimen colonial, como gobernadores…”.

… y, al igual que los directores, no tienen que rendir cuenta alguna frente a la opinión pública.  Al contrario, están expresamente obligados a mantener el secreto.  Enzensberger opina: “Parece fantasmal con que tranquilidad los habitantes de nuestro pequeño continente han aceptado su expropiación política.  Quizá eso se deba a que estamos ante una novedad histórica.  En contraste con las revoluciones, golpes de Estado, y asonadas militares en las que es rica la historia europea, ahora las cosas suceden sin ruido ni violencia.  En eso estriba la originalidad de este asalto al poder.  ¡Ni marchas con antorchas, ni desfiles, ni barricadas, ni tanques! Todo se desarrolla pacíficamente en la trastienda”.

 Otro punto que toca el poeta es: “se ignoraron los desequilibrios de las economías participantes, sus muy divergentes capacidades para competir y sus desbocadas deudas públicas.  El plan de homogeneizar Europa tampoco tomó en consideración las diferencias históricas de las culturas y mentalidades del continente.  Pronto hubo que remodelar, como plastilina, los criterios que se habían acordado para el acceso a la eurozona”.

 “Muy lejos de reconocer y corregir los defectos de nacimiento de esta construcción, el régimen de los rescatadores insiste en perseverar a toda costa en el rumbo adoptado.  La recurrente afirmación del que “no hay alternativa” niega la virtualidad explosiva de las crecientes diferencias entre las naciones participantes”.  Al leer todo esto volví a pensar en mi viejo escrito “Los poetas descubren el mercado”, en la conveniencia de que hombres versados en humanidades estudien la historia del análisis económico.  Las “naciones”, consolidadas desde la Paz de Westfalia, no han periclitado.

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