A PLENO PULMÓN
Una discusión barroca

<STRONG>A PLENO PULMÓN<BR></STRONG>Una discusión barroca

Donde quiera que existe hoy una ciudad hubo antes un bosque.  Ninguna ciudad brota o emerge, “producida por la naturaleza”.  El hombre arranca de la naturaleza los árboles, extrae arcilla, piedras, y con ellas construye ciudades.  Las edifica en lugares donde haya agua, animales silvestres. Caza y pesca fueron ocupaciones fundamentales del hombre primitivo; siguen siendo actividades básicas del hombre actual.  La explotación del planeta comenzó miles de años antes de la aparición del capitalismo.

Las civilizaciones antiguas surgieron “al borde del agua”.  En Mesopotamia, en Egipto, alrededor del Mar Mediterráneo.  La explotación del planeta continuó durante la época feudal; se intensificó con el capitalismo y la Revolución Industrial.  Los cultivos del llamado hombre sedentario favorecieron el crecimiento de las ciudades.  La crianza de animales domésticos tiene el mismo propósito que sembrar y cosechar.  El hombre y los demás animales consumen  agua, destruyen la vegetación, devoran aves, peces, cuadrúpedos.  Ha ocurrido así antes y después del capitalismo.

El crecimiento de la población por obra de la higiene, la vacunación, los antibióticos, obliga a la producción masiva de alimentos. Cuando empezaron las granjas para la producción de pollos y huevos, los dominicanos opinaban: “estos pollos no saben a nada; los huevos no tienen color”.  Se decía entonces que los granjeros “engañaban a las pobres gallinas” al encender las luces.  Las ponedoras creían que había amanecido y ponían otro huevo.  Todavía algunas personas prefieren comer huevos de corrales campesinos.  La comida para millones de personas ha de ser producida industrialmente, lo mismo bajo  regímenes capitalistas que en gobiernos socialistas.

El Presidente boliviano Evo Morales dijo que consumir pollos alimentados con hormonas podía influir sobre la conducta sexual de los varones humanos.  Lo dijo durante una reunión mundial de “ambientalistas”.  El Presidente Chávez y Evo Morales corearon en aquella ocasión: “o muere el capitalismo o muere el planeta”.  La contaminación  por efecto de fertilizantes y pesticidas, utilizados en la producción agrícola, es incuestionable.  Los desechos industriales dañinos han sido identificados hace tiempo.  China y EUA  “forcejean” con los protocolos de conservación de la biodiversidad.  El cambio climático modificará el nivel de las mareas.   ¿Podríamos producir comida y tener menos contaminación en el socialismo que en el capitalismo?

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