A PLENO PULMÓN
Una frontera benigna

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Shlomo Ben Ami ocupó el cargo de Ministro de Asuntos Exteriores de Israel en el año 2000, durante el gobierno de Ehud Barak.  Este político y diplomático, miembro del Partido Laborista, es también un destacado escritor y académico de la historia.  Ben Ami estudió historia y literatura hebrea en la Universidad de Tel-Aviv y en la Universidad de Oxford.  En 1996 fue elegido representante en el Parlamento Israelí; poco después es designado Ministro de Seguridad Pública y luego Canciller de Israel.  Cuando su partido perdió las elecciones, el nuevo Primer Ministro le brindó  oportunidad de seguir participando en el gobierno; Ben Ami rechazó la oferta y en su lugar fue nombrado Shimon Peres.

 Actualmente Shlomo Ben Ami, exembajador de su país en España, es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo por la Paz.  Dos de sus libros: “Origins of the Second Republic in Spain” (1978) y “Fascism from Above”(1983), han sido publicados por Oxford University Press.  La experiencia de Ben Ami procede de las fronteras más conflictivas del mundo: las del Oriente Medio.  Él asistió a las conversaciones de paz con los líderes palestinos en Camp David, EUA, siendo Presidente Bill Clinton.

 Actualmente el ex presidente Clinton está encargado de dirigir la reconstrucción de Haití, tras el espantoso terremoto del año 2010; y Ben Ami desea que la frontera dominico-haitiana llegue a ser “una frontera benigna”.  Bajo este nombre auspicioso Ben Ami ha escrito el prólogo al libro de Pelegrín Castillo titulado: “Haití y los intereses nacionales”.  Todo lo que hagan los políticos dominicanos en relación con Haití deberán hacerlo teniendo en cuenta tres aspectos fundamentales: el bienestar de la población dominicana, las necesidades del pueblo haitiano, los prejuicios e intereses de la “comunidad internacional”.

 Ese ha sido uno de los mayores aciertos del diputado Pelegrín Castillo.  Su libro es un recuento documentado de luchas en la historia reciente.  El aspecto diplomático no podrá ser olvidado.  Estamos constreñidos a practicar una “diplomacia preventiva”.  Ben Ami dice: “Es necesario encarar los conflictos de la migración en el caso de Haití y la RD, pero para ello, nos explica Pelegrín, es necesario internacionalizar la solución, no el conflicto.  No es justo no repartir el esfuerzo entre[toda]la comunidad internacional.

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