A PLENO PULMÓN
Una poderosa campana

A PLENO PULMÓN<BR>Una poderosa campana<BR>

–Los he mandado a buscar porque este fin de semana recibiré una campana nueva para la iglesia; se ha comprado en España.  Ya tengo una torreta de angulares de acero para colgar la campana.  Se compró con ayuda de Arnulfo y Edelmira.  Él convenció al dueño de un almacén de que contribuyera con “el cura del barrio”, a quien no conocía ni de vista.   Ahora ese hombre viene a misa, con su familia, todos los domingos.  –Padre, yo recuerdo cuando hicimos tres campanas cortando cilindros de gas propano.  –Bueno, sonaban con poca fuerza; esas eran campanas de emergencia, Pirulo.  Cuando toquemos la campana nueva, nos oirá todo el mundo.

 –Los dos tendrán que ayudarme a subir la campana a la torreta con la polea del taller.  –Padre Servando, entre Pirulo y yo haremos lo que usted diga. –Ustedes aguantan mis sermones desde hace años; y trabajan sin paga o por los gastos de los materiales.  –Yo recuerdo el día que le regalaron aquella campana escolar que se rajó al caer del camión.  –No recuerden eso; me encolerizo cada vez que pienso en el descuido de ese chofer al parar la patana en la cuesta.   Por su culpa tuvimos que recurrir a los cilindros de gas.  Pero la campana nueva se sentirá hasta la calle Respaldo Colibrí.

 –Mi abuelo Zenobio decía que la gente necesita apoyo para vivir.  El consuelo, la esperanza, el consejo y el impulso, debe darlo el sacerdote.  Todos nos enfermamos, perdemos el empleo, nos hace falta el dinero; tenemos que sufrir, obligatoriamente, desde que salimos a la calle.  Tu Pirulo; y tu también, Bivalvo, estrenarán esa campana para llamar a los vecinos a acordarse de Dios.  La oración da fuerza; y la compañía de los justos nos incita a luchar por lo mejor.

 –Tenemos que volver al taller padre, dijo Pirulo, levantándose de la silla al mismo tiempo que su compañero. Hoy es martes, la semana está comenzando.  Ya en la calle, los dos hombres se pusieron las gorras que se habían quitado para entrar a la sacristía.  –¿Tu crees que la campana nueva mejorará la conducta de los moradores del barrio? –No lo aseguro; pero tal vez este cura pueda lograrlo.

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