A PLENO PULMÓN
Vertedero antillano

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La semana pasada circuló una inquietante noticia: con ayuda de la INTERPOL fueron detenidos “un montón” de delincuentes en la RD.  Los periódicos no especificaron el sitio exacto donde vivían, “pernoctaban” o se ocultaban, los “sujetos apresados”.   Había entre ellos algunos italianos que, según la información, eran  miembros de la mafia napolitana conocida como “camorra”.  También había alemanes buscados por varias policías de Europa y rusos con cuentas pendientes en los tribunales de justicia de su país; además: chinos, norteamericanos, colombianos, ecuatorianos, todos con voluminosos expedientes criminales.

Unos eran buscados por asesinato, otros por lavado de dinero sucio o tráfico de drogas; los más habían cometido estafas y robos a mano armada.  Me pareció que todos ellos fueron “localizados” en las proximidades de centros turísticos; pero no puedo afirmarlo con seguridad. Tal vez la policía dominicana no quiso difundir detalles sobre la captura de esos delincuentes, para no entorpecer “operaciones en curso” de los investigadores internacionales.

Lo importante es que a la RD han venido a parar criminales procedentes de quince naciones.  Añadimos al ejército de maleantes propios un contingente “selecto” de extranjeros.

El día en que los delincuentes más connotados del mundo decidan celebrar un Congreso Internacional, es verosímil que escojan como sede a la República Dominicana.  Por razones “climáticas”, por motivos “de seguridad”, por “costos reducidos de traslado”… si fueran visitantes asiduos de nuestras “bellísimas playas de arena de coral”.  Si a esto añadimos la repatriación continua de ex-convictos dominicanos desde los Estados Unidos, ellos tendrían un “atractivo panorama laboral”. 

Los departamentos de “recursos humanos” de cualquier mafia podrían emplear “expertos” de todo tipo.  Cerrajeros especialistas en abrir cajas fuertes, químicos con experiencia en “substancias prohibidas”, ladrones, tiradores,  armeros, asaltantes.

Es posible que la “crisis financiera global” haya empujado los sicarios a buscar trabajo en algunas islas de las Antillas. 

Mexicanos, colombianos, puertorriqueños, creen que es más fácil “escabullirse” de una isla que de un territorio continental.  Quizás los nuevos “sicarios multinacionales” estimen que trabajar desde la RD les “otorga” ciertas “ventajas comparativas”.

En el preciso momento en que ocurren terribles vertidos de petróleo en el golfo de México, la RD corre el riesgo de convertirse en un vertedero de escoria humana.

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