A PLENO PULMÓN
Vistazo al mundo

A PLENO PULMÓN<BR>Vistazo al mundo

Este era el nombre de un programa de TV en el cual participaba una vez a la semana, en compañía de dos dominicanos versados en problemas políticos internacionales.  Ellos trataban los asuntos “de actualidad”; a mí me tocaba hacer brevísimos resúmenes de los “antecedentes históricos” de los conflictos… en Israel, en Haití, Colombia, Vietnam, Afganistán.  A veces debía “instruirme” antes de grabar el programa, pues desconocía muchos aspectos de los problemas y, sobre todo, sus desarrollos recientes.  Mis compañeros estaban enterados detalladamente de todo lo relativo a la política interna de los EUA, de España, Cuba.  Luego, entre todos, hacíamos comentarios sobre “la situación” y aventurábamos algunos pronósticos.

He recordado este programa porque en los últimos tiempos escucho a menudo preguntar: ¿qué pasa hoy en el mundo? Sin ninguna formalidad, ni pretensión de sabiduría, la gente indaga: ¿qué está pasando? ¿Qué ocurre con las monedas? ¿Con el euro, el dólar, el yuan, el yen, la libra esterlina?  Detrás de esas interrogantes hay dos preocupaciones.  ¿En qué moneda debo conservar los ahorros para mi vejez?  ¿Cómo afectarán las fluctuaciones de esas monedas fuertes a las monedas débiles, cuyas reservas son dólares o euros? Las personas que reciben ingresos en monedas débiles, pierden poder  adquisitivo cada vez que hay  alzas del   euro, del dólar.

El precio del petróleo sube continuamente; los países industrializados, según parece, tendrán que recurrir a sus “reservas de emergencia”.  En la RD estamos “protegidos” por un acuerdo petrolero especial con el gobierno de Venezuela.  Nuestra deuda con los venezolanos es grande y creciente.  Como todos saben, el Presidente Hugo Chávez lucha con su enfermedad a brazo partido; viaja a Cuba para someterse a diversos tratamientos; y reza pidiendo a Dios la curación.

¿Si Chávez muere, o sale del poder por incapacidad, se mantendrían por mucho tiempo los términos del acuerdo petrolero actual? La atmósfera política en Libia, en Irán y otros países cercanos, no es tranquilizadora.  Por el famoso Estrecho de Ormuz sale el petróleo crudo para los países desarrollados; y también entran los combustibles terminados que se consumen en Irán y Libia.  Si reseñáramos lo que ocurre en México o en Siria daría bastante miedo echar un vistazo al mundo.

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