A PLENO PULMÓN
Vuelco de costumbres

A PLENO PULMÓN<BR>Vuelco de costumbres

A  los hombres de sesenta años les ha tocado vivir en una época para la cual no fueron educados. Los libros de texto que usaron en las escuelas no les “facilitan” la comprensión de los tiempos que corren.  Ni las costumbres familiares que conocieron en la infancia, ni la atmósfera social en que se desarrollaron, se parecen a las que reinan hoy en todas partes.  El ejercicio de la sexualidad, las prácticas de negocios, los usos colectivos cotidianos, han variado considerablemente.  Los espectáculos de arte popular también han cambiado de “estilo y presentación”.  Hombres y mujeres de sesenta años habitan ahora en sociedades donde se sienten “extranjeros”.

El mundo de la economía y del trabajo es actualmente muy complejo; y su curso completamente fuera del control del hombre de la clase media. 

Las discusiones financieras de los grandes países “modélicos” dan vueltas alrededor de temas tales como: la emisión de mayor cantidad de moneda fiduciaria, la compra de deudas públicas, la creación de bonos, el “salvamento” de instituciones en bancarrota, el financiamiento o incremento de los déficits presupuestarios.  Todo parece estar dirigido a que no pare el gasto, ni se modifiquen procedimientos que han mostrado ser ruinosos.  Asistimos, sin “abarcarlo” del todo, a un reajuste monetario solapado entre el dólar, el euro y el yuán.

Economistas, políticos, banqueros, de los países más avanzados industrialmente, hacen declaraciones a los periodistas que nos dejan perplejos: Strauss-Kahn dice que cometió, simplemente, una “falta moral” con una mucama de Nueva York; Berlusconi afirma que sólo es Primer Ministro “en su tiempo libre”; Madoff, desde la prisión, explica que no entiende cómo las autoridades monetarias no descubrieron antes el extraordinario fraude con el que empobreció a miles de ahorristas.

El antiguo gobernador del Banco Central de la RD, José Lois Malkún, escribió el domingo un interesante artículo en el cual expone el continuo empobrecimiento de la clase media y su inseguridad creciente. 

Alude, básicamente, a grupos sociales de los EUA y del UK.  La empresa global de productos de consumo Procter&Gamble, en vista de esos cambios, orienta sus ventas a dos sectores: ricos y pobres.  Mirando hacia RD, pensemos en el explosivo papel que podría tener esa clase media depauperada.

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