A posta

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BONAPARTE GAUTREAUX
No hay alianza rosada.
El manejo de la palabra para crear fuegos fatuos y espejismos se ha convertido en una práctica que mueve millones de dólares en el mundo de hoy.

Ese manejo ha sido objeto de estudios que involucran la conducta humana, la inocencia y bondad naturales de las personas, así como la propensión a creer lo que publica la prensa y lo que se repite hasta el cansancio.

No hay alianza rosada.

Un joven antitrujillista silbaba la melodía del himno del Partido Dominicano en una escuela de política en Costa Rica, había sido enviado allí a capacitarse para combatir los restos de la tiranía, luego de la muerte de Trujillo.

Le traicionó el subconsciente, la costumbre, la melodía que sonó  sin rival durante 31 años.

No hay alianza rosada.

Después que llegó la hojilla de afeitar marca Pal, la gente del común iba al colmado y pedía: dame una Gillete Pal…y el colmadero entendía, que es lo mejor o lo peor, depende.

Viriato Fiallo, regresaba de un viaje a Europa, en 1962, entrevistado en el aeropuerto dijo que venía con un látigo para echar a los mercaderes del templo, se refería al pasaje bíblico en el cual Jesús echa del templo los vicios, los viciosos, los malos, los indeseables.

Las palabras de Fiallo fueron interpretadas maliciosamente, completadas con argumentaciones políticas falsas, a sabiendas, y dijeron que lo que Fiallo quiso decir…imagínense el resto, cuando faltaban pocos días para las elecciones.

En la imaginación popular Viriato Fiallo aparecía como un diablo repartiendo foetazos a los pobres, a los desheredados, a los rotos…que son la mayoría de votantes.

No hay alianza rosada.

La realidad es, en muchos casos, como la verdad, difícil de asir, difícil de entender, difícil de aceptar.

Por eso es que hay situaciones en las cuales la percepción sustituye a la realidad y llega a convertirse en una realidad, para mucha gente que la percibe de esa manera distorsionada.

También hay especialistas en distorsionar la verdad para que la percepción de muchos sea irreal y los inducen a que actúen en la dirección incorrecta.

No hay alianza rosada.

Dado que a Juan Bosch lo acusaban de introducir la división de clases en nuestro país, le di a conocer el decreto del presidente Pedro Santana que llamó a las primeras elecciones celebradas por la República, en 1844. Ahí nació, oficialmente, la división de clases pues sólo tenían derecho al voto, los comerciantes, los propietarios de casas, los empleados del gobierno, los oficiales de la fuerza armada (cito de memoria).

No es casual lo que ocurre ahora con la maliciosa campaña que se lleva a cabo con una frase corta, sencilla y aparentemente real: la alianza rosada. No existe la alianza rosada.

El color rosado pertenece a la boleta de un partido minoritario aliado al Partido de la Liberación Dominicana.

Lo de alianza rosada se repite para confundir a los electores.

Lo que existe es la Gran Alianza Nacional.

La alianza entre los partidos mayoritarios Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano se llama Gran Alianza Nacional.

No habrá una boleta que diga Gran Alianza Nacional.

Los partidos Revolucionario y Reformista conservarán sus boletas. Los perredeístas votarán con su boleta blanca, por los candidatos de la Gran Alianza Nacional.

Los reformistas votarán con su boleta colorá, por los candidatos de la Gran Alianza Nacional.

En ambas boletas se inscribirán los nombres de los candidatos de la Gran Alianza Nacional.

Cada quien votará por los candidatos de la alianza pero usando sólo una boleta: la de su partido, sea perredeísta o reformista. El elector votará con una sola boleta: la blanca o la colorá. Si echa las dos anula el voto. Ojo con eso.

Así es la cosa lo demás es mala fe, desinformación, paja para la garza y se hace a posta, en un ejercicio que permite ver cómo se usa la mentira para engañar al pueblo.

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