A pesar de que los expertos aseguran que consumir las frutas y vegetales frescos es lo mejor, lo cierto es que las conservas son una ayuda cuando el tiempo para la cocina escasea.
Hoy día las personas están más ocupadas que nunca, por lo que no disponen de mucho tiempo para dedicarlo a la preparación de sus propios alimentos.
Contar con algunos de los ingredientes de uso frecuente ya listos para cocinar es una forma de hacer esta labor no solo más rápida, sino también más fácil. Pelar, sacar semillas, cortar… son tareas que pueden omitirse cada vez que vas a la cocina si decides preparar tus conservas en casa.
Y aunque quizás el proceso para preparar algunas de ellas no sea rápido, piensa que el resultado valdrá la pena. El esfuerzo de un día te facilitará la vida por muchos más.
Otra ventaja de esta técnica es que evitas que tus alimentos se dañen, lo que te permite comprar tus ingredientes para la cocina en cantidades un poco más grandes, así no tendrás que salir a comprarlos tan seguido.
La práctica de conservar alimentos. Esta técnica se utiliza desde hace mucho tiempo, antes de la invención de la electricidad, pero también las abuelas recurrían a ella para conservar sus alimentos en buen estado cuando era común que las personas no tuvieran neveras en sus casas.
Estos productos son tan utilizados que se venden en los supermercados, como el “pan nuestro de cada día”.
Tipos de alimentos que se pueden conservar. Afortunadamente, todos los vegetales, frutas, pescados, legumbres, especias… aceptan esta técnica de conservación.
Para lograr que los alimentos se mantengan aptos para el consumo, se utiliza, además del frasco, preferiblemente de cristal, algunos ingredientes como aceite, sal o vinagre. Las frutas se conservan en almíbar.
Tener en cuenta. La higiene es una de las principales recomendaciones que hay que seguir. Es imprescindible esterilizar bien el envase y evitar que haya mucha manipulación, luego verter la fruta o vegetal.