A propósito del Metro

A propósito del Metro

Metro de Santo Domingo

Hurgando entre mis papeles viejos, me encontré con un escrito en el cual respondía unas observaciones que me hizo mi viejo y querido amigo ido a destiempo, el ingeniero Roque Napoleón Muñoz (Polon), en el cual me rebatía mi artículo en que, no solo respaldaba la construcción del Metro, sino que lo consideraba indispensable para el transporte en una ciudad en crecimiento como Santo Domingo.

Le llegué a endilgar, que tenía un pensamiento similar al del profesor Juan Bosch, quien aseveró, que la construcción de las grandes avenidas sobre todo la Luperón, eran obras suntuarias. Lástima que no pudo comprobar, que aunque ciego, el doctor Balaguer tenía una concepción más elevada, que su criterio del futuro crecimiento de la ciudad capital.

Me endosaba Polon, que ese dispendio que constituía la construcción del Metro, podía ser empleado en la edificación de elevados, túneles y las circunvalaciones para aligerar el tránsito vehicular en la ciudad. Mi argumento era que había vivido 17 años fuera y que la mayoría de ellos los viví en ciudades que el transporte principal eran las líneas de Metro, que al ser subterráneo, economizaba tiempo y dinero en arribar al destino deseado. No pude convencerlo de la bonanza de este tipo de transporte, porque él persistía en sus principios y además me alegaba que su condición de ingeniero le proporcionaba una mejor visión que la mía.

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El Metro se construyó y aunque hubo despilfarros relativos, el servicio que presta es a todas luces indiscutible. ¿Cómo sería el nivel de tapones en las calles si no existiese el Metro? El caos no tendría parangón, ya que el sustituto del Metro serían los carros del concho y las voladoras.

Ahora bien, el trazado del Metro tuvo fallos que hoy se pretenden corregir. Aprovechando la línea que pasa a la parte Sur de la ciudad, se debió llegar por un lado a la avenida Charles DeGaulle y por el otro lado, al complejo deportivo aledaño a Los Tres Ojos. La línea que viene desde Villa Mella, se debió iniciar en Punta (está en proyecto) y continuar desde el Centro de los Héroes por toda la avenida Independencia hasta el puerto de Haina.

En la parte Norte, afortunadamente se iniciará muy pronto, la extensión desde el kilómetro 9 hasta Los Alcarrizos. De haberse planificado desde un inicio, el mal llamado “Teleférico” se hubiese podido eliminar, ya que el volumen de pasajeros que transporta es ínfimo en comparación con los seis vagones que tendrá el Metro, lo cual aliviará el pesado tráfico y los embotellamientos que ocurren en la Autopista Duarte, desde el Km. 22 hasta el Km. 9 desde las 6:00 a.m. Hasta las 8:30 a.m., al igual que desde las 5:00 p.m. hasta las 7:30 p.m.

La falta de previsión se paga. Ahora se ha comprobado que se debió pensar en andenes más largos y convoy de 6 vagones en lugar de 3. Ciudades más pequeñas que Santo Domingo tienen líneas de metro con seis vagones.

Una promesa que se espera llenará un vacío indispensable lo constituye la construcción de un monorriel que recorrerá toda la avenida 27 de Febrero, hasta el Aeropuerto de Las Américas. Esto pondrá nuestra terminal aérea a la altura de todas las grandes ciudades que tienen un trasporte público desde los aeropuertos al centro de la ciudad, a un precio asequible, más rápido y sin necesidad de utilizar taxis y vehículos privados para llegar a su destino.

Debemos lamentar que un cantautor metido a político y sin experiencia alguna haya boicoteado la terminal de autobuses para la Región Este, que se construyó en las proximidades de los Tres Ojos, para destinarlo a un capricho del artista que como compositor es un éxito, pero como Alcalde un desastre, por no decir una nulidad, errores que cometen los electores por la popularidad del candidato.

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