A punto de rebosar la copa

A punto de rebosar la copa

Con el balazo al locutor Elvis Gutiérrez, de ocurrir los hechos como se han explicado, los policías están a punto de rebosar la copa. El asesinato del estudiante Abrahán Ramos Morel produjo gran repulsa. El balazo disparado contra el locutor santiagués genera indignación. Y levanta cuestionamientos sobre los patrulleros que se esconden en las sombras de calles y carreteras para detener a los automovilistas. ¿Por qué razón una autoridad se escuda en la oscuridad?

Tanto en el caso del homicidio de Ramos Morel como en el innecesario balazo propinado a Gutiérrez, sale a relucir la sospechosa actitud de los agentes. Si el policía está cumpliendo con su deber y no anda a escondidas de sus superiores, ¿por qué atrincherarse en lugares sombríos? ¿Qué indeseable inclinación impulsa a una patrulla a detener conductores al amparo de la negritud de las noches? ¿Acaso la claridad y la luz perturba a ciertas patrullas?

Los familiares de Ramos Morel señalan que éste temió detener el vehículo al amparo de las sombras. Indicó a quienes lo paraban que habría de frenar unos metros más adelante.

Esta versión es corroborada por uno de los agentes cuya conciencia, al parecer, gritó de remordimiento. Aún señalando que buscaba un lugar más adecuado en atención a la orden, el agente asesino disparó contra un neumático. Y no contento con ello, al detenerse el joven estudiante, el agente le disparó al cuello, matándolo al instante.

Con Elvis ocurrió lo mismo. Por suerte para él, la inclinación criminal no condujo al agente a matarlo, sino a baldarlo. Porque si acaso le disparó sobre una rodilla, de espaldas por cierto, conforme la versión de la víctima, quedará cojo de por vida.

Ante estos espantosos ataques, ¿qué puede esperar la comunidad nacional? Me atrevo a hablar por cuenta de una sociedad sometida a los cruentos e incesantes ataques de los criminales de profesión. La Policía Nacional no ha podido con éstos. ¿Tampoco podrá la Policía Nacional contener a sus agentes de gatillo alegre? El jefe policial, general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, hizo un reclamo a sus tropas. Deben evitar los excesos que conducen a horripilantes asesinatos. ¡Lo habrán escuchado?

Esperamos que lo hayan escuchado. Porque la verdad es que estos estremecedores homicidios y disparos inexplicables contra ciudadanos indefensos, están llenando la copa. Copa que, por cierto, está a punto de rebosar.

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