A qué no se atrevieron nuestros candidatos

A qué no se atrevieron nuestros candidatos

Contamos con una clase política tan conservadora y condicionada, que durante la larga campaña pasada nadie se atrevió a cuestionar el statu quo. Que no lo hiciera el candidato oficial no es de sorprender a nadie, pero tampoco lo hizo el candidato del PRD que se suponía representaba la oposición; sin embargo una mujer escogida para acompañar al candidato del Partido Republicano de los Estados Unidos de América, en su discurso de presentación expresó, que cuestiona y combate el statu quo.

Pero no es solo en política, la cúpula dirigente dominicana es conservadora y está comprometida en casi todos los aspectos. Hace poco asistí a una misa en Madrid, España, y escuché a un sacerdote cuestionar la riqueza y la desigualdad. Habló de ricos y pobres, de la mala distribución de la riqueza. Parecía como si lo estuviera haciendo en cualquier parroquia  barrial de la República Dominicana, pero ocurrió en plena Europa, donde hay gente con mucha conciencia y al parecer no tan comprometida.

Así leemos y escuchamos un sinnúmero de personalidades del mundo político, social y religioso de diferentes países, que contando con una situación muchísimo más holgada que la que se vive en nuestro país, son capaces de hablar en Alemania, Francia, Italia, Bélgica y en los mismos Estados Unidos de las desigualdades, del cuestionamiento al statu quo, mientras aquí nuestra cúpula lo que busca es acomodarse con los que detentan el poder político y económico, muchas veces sin hacer reservas de la forma como lo han adquirido.

Durante la campaña pasada mucha gente se quedó esperando los discursos que cuestionaran las grandes diferencias sociales y los abismos entre ricos y pobres. Esperando que los asesores fueran capaces de sugerirles a los candidatos, especialmente de la oposición, discursos capaces de jamaquear, sacudir y cuestionar las desiguales e inhumanas estructuras sociales y económicas que soportan nuestro país, pero eso no fue posible. Parecía como si los asesores pertenecían a la misma cúpula conservadora y comprometida.

Somos un país tercermundista, a pesar de contar con un Metro que no funciona, tener mayor número de canales de TV y programas de panel como programas de radio que cualquier otro. A pesar de contar con funcionarios que ganan más que los de los países más ricos del mundo y tener un grupo de empresarios inmensamente ricos y poderosos.

Un país tercermundista, a pesar de las torres, villas, marinas y campos de golf. Con gran desempleo y un 70% de la población que no gana lo que cuesta la canasta familiar. Donde en plenas ciudades, la gente hace sus necesidades en letrinas o en fundas. Con escuelas y hospitales que dan vergüenza.

No hay forma de entusiasmar a la gente solo hablándole de reformas fiscales y tratando de complacer y acomodar a los grupos de poder. Hay que golpear fuertemente los actuales esquemas y el statu quo, que de cualquier forma son responsables de la situación de miseria y atraso que viven las mayorías.

Publicaciones Relacionadas