El tartamudeo es un fenómeno oral por el cual se repiten ciertas sílabas y otras, en cambio, no pueden ser pronunciadas. Las causas del tartamudeo son desconocidas. Parece existir predisposición hereditaria. El tartamudeo se ha asociado también con desarreglos afectivos.
En cualquier caso, las conductas de evitación con las que los pacientes intentan solucionar el problema se convierten en parte fundamental del trastorno.
Casi todos los tartamudos pueden pronunciar perfectamente la palabra que en otras circunstancias tartamudean. Si se plantea el objetivo de no tartamudear, el fallo es casi seguro. El objetivo de las terapias actuales es ayudar al tartamudo a desaprender sus viejas respuestas desadaptativas, que son las que le llevan a tartamudear, y aprender en su lugar otras más adaptativas.
FASES
1. Fase de identificación. En ella el tartamudo explora, analiza y clasifica las conductas que le son propias en su tartamudeo:
* Identificar el habla flúida. Que el tartamudo se dé cuenta de que todos tartamudeamos de alguna forma, pero que lo hacemos de manera flúida y que él, en algunas ocasiones, lo hace igual. Este se convierte en el objetivo a alcanzar para su tartamudeo. Intentar conseguir el habla perfecta al 100% es una utopía.
* Identificar las conductas de evitación, como sustituir unas palabras por otras, cambiar el orden de las palabras en la frase y cualquier otra que utilice para evitar las palabras temidas.
* Identificación de las conductas de aplazamiento. El tartamudo emplea repeticiones de la palabra previa, susurros o mmmms, se aclara la garganta, pega los labios, etc. Algunas pueden ser muy complejas.
* Identificación de las conductas que finalizan el aplazamiento. Como por ejemplo, sacudir la cabeza o la mandíbula, exhalar forzadamente el aliento, etc.
* Identificación de los desencadenantes verbales de tartamudeo. Puede ser la longitud de la palabra, la posición en la frase, la historia pasada como desagradable, la letra por la que empieza la palabra, etc.
* Identificación de las situaciones en las que el tartamudo habla peor. Pueden darse casos como hablar por teléfono, pedir favores, hablar a mucha gente, etc.
* Se identifican también las reacciones posteriores al tartamudeo, los sentimientos de frustración, vergüenza y hostilidad.
2. Fase de desensibilización. En ella el tartamudo se desensibiliza a sus ansiedades al hablar y a otras emociones negativas que se relacionan con el tartamudeo. Se trata de que los fallos en la fluidez verbal no les lleven a un aumento de la ansiedad, que empeoraría su desempeño verbal. Se emplean las mismas técnicas que para cualquier otro tratamiento de ansiedad (exposición, inundación, aproximaciones sucesivas, desensibilización en vivo, etc.). Los resultados de esta fase suelen ser espectaculares: pueden desaparecer muchas de las conductas más llamativas del paciente.
3. Fase de modificación. Se trata de modificar los patrones conductuales del tartamudo, de forma que aprenda formas más adaptativas de comportarse ante la falta de fluidez. Incluye varias subfases:
* Variación. Se introducen formas alternativas de tartamudear de forma que se gane control sobre el aparato fonador.
* Desaprendizaje de respuestas de evitación, lucha, demora, cancelación, etc. El tartamudo aprende después a realizar conductas alternativas cuando entra en un bloqueo, de forma que acaba saliendo de forma flúida de él. Aprende a salir de las fijaciones, de los temblores, de los cierres de laringe, de las conductas de repetición.
4. Fase de estabilización. Es un proceso de consolidación. Se trata de que el tartamudo alcance una tasa adecuada de habla flúida. Se realizan ejercicios para aprender a hablar de forma sintácticamente correcta automatizando las conductas aprendidas. En esta fase se le enseña también a manejar las recaídas.
Fuente: Revista Ciencia plus